YAKARTA. "Hemos recopilado información sobre clientes que habían planeado venir para reuniones y otros motivos. Habrá un descenso de la llegada de turistas del 20 %, o unos 70.000", dijo el presidente de la sección de Bali de la PHRI, Tjokorda Artha Ardana Sukawati, a la agencia de noticias local Antara.
Una media de unos 200.000 turistas extranjeros acuden cada mes a esta isla, el principal destino turístico de Indonesia y cuya temporada alta es entre julio y agosto, según la Oficina Nacional de Estadística.
El Centro de Vulcanología y Mitigación de Peligros Geológicos (CVMPG) declaró el pasado 22 de septiembre el nivel de alerta 4, el máximo, y estableció una zona de seguridad en un radio de hasta 12 kilómetros alrededor del volcán.
Los expertos aseguran que es imposible predecir cuándo o si ocurrirá la erupción.
Más de 140.000 residentes del distrito Karangasem, en el este de Bali y donde se encuentra el volcán, han acudido a refugios distribuidos por toda la isla, aunque solo la mitad, unos 70.000, residían dentro de la zona de peligro.
El gobernador de Bali, Made Mangku Pastikasostienen, dijo a los medios el martes que es seguro viajar a la isla, y el Ministerio de Transporte ha diseñado un plan para reconducir el tráfico aéreo a otros aeropuertos en caso de que la erupción inutilice el de Denpasar, Bali Ngurah Rai.
Las autoridades indicaron hace dos semanas que la actividad que registraba el Agung era similar a la que mostró antes de la erupción en 1963, que mató a más de 1.100 personas.
El volcán Sinabung (en la isla de Sumatra) y Agung son los únicos dos volcanes de Indonesia en el nivel 4 de alerta, mientras que otros 17 se encuentran en el nivel 2, de un total de 127 activos.
El archipiélago indonesio se asienta dentro del denominado "Anillo de Fuego" del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida por miles de temblores al año, la mayoría de escasa magnitud.