Bolonia - El Papa Francisco instó ayer a gobiernos y personas a hacer más para ayudar a los inmigrantes y no a verlos como enemigos, y para ello vistió una pulsera de identificación de plástico usada por los solicitantes de asilo para llevar su mensaje a casa. El máximo pontífice visitó un polémico centro de refugiados en las afueras de Bolonia, conocido como El Eje. Dirigido por una organización benéfica, es el hogar de alrededor de 1.000 solicitantes de asilo, la mayoría de los cuales arriesgaron sus vidas cruzando el Mediterráneo de África y Oriente Medio.

Allí viven en contenedores grises y otras formas de vivienda temporal mientras esperan decisiones sobre sus solicitudes de asilo para ser trasladados a otras ciudades de Italia. Muchos de los refugiados e inmigrantes carecen de documentos y llevan una pulsera de plástico amarillo. El Papa llevaba una con su nombre y el número 3900003 en su muñeca derecha. - Europa Press