Washington - El FBI efectuó el pasado mes una redada en una casa de Paul Manafort, quien fuera jefe de campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en aplicación de una orden de registro, confirmó ayer un portavoz del antiguo colaborador del magnate. “Agentes del FBI ejecutaron una orden de registro en una de las residencias del señor Manafort”, afirmó el portavoz en un escueto comunicado. La nota se divulgó después de que The Washington Post informara ayer sobre el registro ocurrido el 26 de julio. El periódico cita como fuente a “personas familiarizadas” con la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones estadounidenses de 2016 y los posibles lazos de la campaña de Trump con el Kremlin.

La redada tuvo lugar un día después de que Manafort se reuniera de forma voluntaria con personal del Comité de Inteligencia del Senado, que también investiga la presunta intromisión electoral de Rusia. El antiguo jefe de campaña ya había entregado anteriormente y de forma voluntaria documentación a los comités del Congreso que investigan la trama rusa.

Manafort está desde hace tiempo en el foco de los investigadores del FBI y el Senado sobre los posibles contactos entre Rusia y el equipo de Trump. Antes de ser jefe de la campaña de Trump, trabajó para un multimillonario con el fin de beneficiar al Gobierno del presidente ruso, Vladímir Putin, y también hizo negocios irregulares con prorrusos en Ucrania.

Además, Manafort fue noticia el pasado mes al conocerse que asistió en junio de 2016 a una reunión de Donald Trump Jr., primogénito del presidente, con la abogada rusa Natalia Veselnitskaya para obtener información comprometedora sobre la entonces candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton.

Según Veselnitskaya, Paul Manafort pasó todo el encuentro mirando su teléfono celular.

La semana pasada se divulgó que la investigación sobre Rusia que dirige Mueller ha adquirido entidad suficiente como para merecer la formación de un gran jurado. Trump ha tildado la investigación de “farsa” y “caza de brujas”. - Efe