Jerusalén - Tras once días de protestas, manifestaciones y violencia, los palestinos han ganado el pulso a Israel y logrado que retire las medidas de seguridad extraordinarias colocadas en torno a la Explanada de las Mezquitas tras el ataque mortal del pasado 14 de julio. El movimiento islamista Hamás consideró esto como una “victoria histórica” y añadió que “la batalla por la mezquita no ha terminado aún”.
“La retirada de las puertas electrónicas, las cámaras y demás medidas de seguridad instaladas por la ocupación israelí hace dos semanas en las entradas de la mezquita de Al Aqsa es un logro y una victoria histórica para nuestra gente”, expresó Hamás en un comunicado. El movimiento islamista hizo un llamamiento a los palestinos de Cisjordania y Jerusalén para que se dirijan el viernes a Al Aqsa “a restaurar este gran logro” y añadió: “Nuestra batalla por Al Aqsa no ha terminado aún”.
La tensión de los últimos días se ha saldado con cuatro palestinos muertos y más de quinientos heridos, así como varios policías israelíes heridos de levedad, a los que ayer se sumaron alrededor de 50 más. Al menos 48 personas resultaron ayer heridas en los disturbios cuando miles de musulmanes acudieron a rezar tras ser retiradas las medidas especiales de seguridad establecidas por Israel .
La Media Luna Roja informó de que 37 personas fueron atendidas cerca la Puerta de los Leones (desde la que se accede a la Explanada), mientras que otras diez ya resultaron heridas dentro del recinto, donde se han desplegado las fuerzas de seguridad israelíes, que efectuaron diversas cargas en las que emplearon abundante material antidisturbios. Cuatro de los heridos fueron trasladados a un centro hospitalario, según el servicio de emergencias. Además, un agente de la Policía israelí resultó herido de una pedrada, según un comunicado policial.
Los manifestantes izaron banderas palestinas en lo alto de la mezquita de Al Aqsa, dentro del recinto sagrado, lo que no está permitido y que fueron retiradas por la Policía, según la portavoz policial Luba Samri. Después de que cientos de fieles acudieran al llamamiento de las autoridades islámicas para rezar en el recinto tras once días sin hacerlo en señal de protesta por la instalación de las medidas especiales de seguridad, decenas de ellos exigieron la apertura de todas las entradas a la Explanada y amenazaron con no entrar cuando vieron cerrado el acceso de Huta.
En este acceso, muy próximo a la Puerta de los Leones, se encontraban los policías israelíes asesinados en el ataque llevado a cabo el pasado día 14 por tres árabe-israelíes, los que motivó la instalación de medidas de seguridad reforzadas por parte de Israel, como arcos detectores de metales. La Policía informó de que ha preparado refuerzos en el área y los accesos para mantener la seguridad y el orden. “La Policía responderá con dureza a cualquier intento de molestar a los civiles y agentes”, advirtió su portavoz.
Intentando rebajar la tensión Horas antes, los líderes islámicos de Jerusalén y el presidente palestino, Mahmud Abás, desconvocaron ayer las protestas en torno a la Explanada de las Mezquitas, después de que Israel retirase todas las medidas de seguridad. “Las cosas han vuelto a estar como estaban antes, así que volveremos a rezar en Al Aqsa”, declaró el muftí de Jerusalén, Mohamed Husein, al canal saudí Al Arabiya.
Los jefes religiosos musulmanes se mantuvieron a primera hora de la mañana una reunión, tras el desmantelamiento esta madrugada por Israel de las estructuras metálicas, vallas y rieles de seguridad. En el encuentro los dirigentes religiosos decidieron finalizar la protesta y llamar a los fieles a rezar en Al Aqsa a la tarde, tras once días de instar a los fieles a orar fuera del recinto en señal de protesta, donde han sucedido de nuevo los mencionados incidentes. - Efe