WASHINGTON - El presidente de EEUU, Donald Trump, parece decidido a cumplir su promesa de campaña de modificar la política estadounidense hacia Cuba, pero está por ver si hará cambios significativos u optará por retoques simbólicos para no enfangarse demasiado en la guerra de pasiones que genera el asunto.

Trump planea hacer pronto, posiblemente este mismo mes, un anuncio sobre la revisión que encargó cuando llegó al poder sobre la política de apertura a Cuba impuesta a partir de diciembre de 2014 por su predecesor, Obama.

El Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, encargado de la revisión, ha confirmado que presentará pronto opciones al presidente para que decida, y se rumorea que Trump podría anunciar su decisión en Miami, en un guiño al sector anticastrista que más le ha presionado sobre el tema.

Varias fuentes familiarizadas con el proceso aseguraron que la Casa Blanca baraja prohibir que las empresas estadounidenses negocien con entidades que tengan lazos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, así como endurecer las restricciones a los viajes de estadounidenses.

Pero nada es definitivo hasta que Trump, conocido por su carácter voluble, tome una decisión sobre el tema, que no parece prioritario ni para su agenda política ni para sus intereses geoestratégicos. - Lucía Leal