Manila - El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, prometió ayer aplicar con dureza la ley marcial en la sureña región de Mindanao y no descartó extenderla a todo el país, después de que un grupo afín al Estado Islámico (EI) sembrara el terror en la ciudad de Marawi.
“Si creyera que el EI se ha establecido también en Luzón (la isla filipina más poblada, donde se encuentra Manila), podría declarar la ley marcial en todo el país para proteger a los ciudadanos”, dijo el presidente en una rueda de prensa en la capital a su regreso de Moscú.
Duterte acortó su visita oficial a Rusia -en la que mantuvo una breve reunión con su homólogo, Vladímir Putin- tras declarar el martes la ley marcial en Mindanao como respuesta a la rebelión del Grupo Maute en Marawi, la capital de la provincia de Lanao del Sur.
Preguntado por cuánto tiempo va a prolongar la ley marcial en Mindanao, el mandatario sentenció: “Se acabará cuando la policía y los militares me digan que todo se ha estabilizado”.
Según la Constitución de 1987, la ley marcial en Filipinas se puede aplicar durante un máximo de 60 días y concluido ese plazo el Congreso tiene potestad para prolongarla.
El martes por la tarde, miembros del Grupo Maute se levantaron en armas en Marawi después de que las Fuerzas Armadas llevaran a cabo una operación para capturar a Isnilon Hapilon, el líder de otra banda terrorista de la región, Abu Sayyaf.
Los yihadistas sembraron el pánico al prender fuego a un colegio, una cárcel y una iglesia, donde secuestraron a un cura y a 13 feligreses, a los que aún mantienen en su poder. “Vamos a tratar de rescatar” a los rehenes, prometió Duterte durante la rueda de prensa a su llegada de Moscú.
Miembros de Maute desfilaron por las calles de Marawi con vehículos portando banderas negras del EI y tomaron instalaciones del ayuntamiento y un hospital hasta que el Ejército logró revertir la situación tras varios combates. - A. Amerise