La corrupción es tan vieja como la sociedad y acompaña a ésta por doquier los seres humanos ambicionan poder y riqueza. Pero raras veces se ve esto con tanta claridad como en el Vietnam actual, donde el Partido Comunista ha emprendido una lucha contra la corrupción?¡para afianzar en el poder a los que ya mandan!

En realidad, la corrupción es endémica en el país y su arraigo social es tan profundo que una enconada lucha por el poder entre los aperturistas y los marxistas vietnamitas no incide en absoluto en la vía corrupta de la Administración pública. Según la ONG Transparency International, esta república comunista pertenece al grupo de las 70 naciones más corruptas del mundo y en 2016 el 65% de sus ciudadanos tuvieron que pagar sobornos a funcionarios públicos para que llevasen a cabo los trámites que requerían.

Pero el país ha vivido tranquilamente con esta lacra hasta que en los últimos años en las altas esferas del partido y del Gobierno se entabló una enconada lucha por el poder entre los aperturistas (ante todo, en temas económicos) y los marxistas ortodoxos. O dicho en términos más realistas : entre Nguyen Tan Dung, ex-jefe de Gobierno (2016) y el jefe del Partido Comunista, Nguyen Phu Trong.

Y como casi siempre que se enfrentan los poderosos de una dictadura, la primera víctima es un tercero; en este caso, el jefe del PC de la ciudad Ho Chin Minh y miembro del politburó vietnamita, Dinh La Thang.

También típico de los regímenes dictatoriales, las ambiciones personales se han ocultado tras principios dogmáticos : en este caso, la fidelidad al marxismo primigenio y la lucha contra la corrupción y malversación de bienes públicos.

A Thang, partidario de Dung y del aperturismo, pero también hombre de una ambición política ilimitada, se le ha expulsado ya del politburó, oficialmente a causa de su ruinosa gestión al frente del consorcio energético Petro Vietnam que sufrió en el bienio 2009/2011 pérdidas por valor de 900.000 millones de dong (unos 37.000.000 de euros) a causa de créditos temerarios a inmobiliarias y entidades financieras.

Para que la mala gestión de Thang se viera agravada por la inmoralidad que causa el capitalismo -según los dogmas marxistas-, la acusación gubernamental señala que el hombre fuerte de la ciudad Ho Chi Minh colaboró estrechamente mientras estuvo al frente de Petro Vietnam con el principal banco privado del país -Ocean Bank-, dirigido por Ha Van Tham, dueño de una de las mayores fortunas de la república comunista. Este personaje no es más que una pieza secundaria en la lucha por el poder político y su pertenencia al bando perdedor se saldó con una relativamente insignificante expulsión de la dirección del Ocean Bank?, al parecer, sin mayores consecuencias para su patrimonio y seguridad personal.