Londres - La primera ministra británica, Theresa May, inició ayer la campaña oficial para las elecciones del 8 de junio con críticas contra las autoridades europeas, a las que acusa de intentar hacer descarrilar las negociaciones del Brexit y de interferir en los comicios británicos con “amenazas”. En un duro discurso ante su residencia oficial de Downing Street, la premier culpó a “políticos y funcionarios” de la Unión Europea (UE) de endurecer su postura de forma deliberada para “influir en el resultado de las elecciones generales” en el Reino Unido.

Minutos antes, May había mantenido una audiencia con la reina Isabel II para comunicarle la disolución del Parlamento -que se produjo de forma automática la medianoche del martes-, 25 días antes de unas elecciones en las que las encuestas le auguran una amplia mayoría.

La primera ministra recalcó que la tarea primordial que afrontará el ganador en las urnas será alcanzar un acuerdo con la UE que evite los riesgos económicos y sociales que afrontan varias generaciones de británicos ante el Brexit, una tarea que anticipa “dura”.

“Los acontecimientos de los últimos días han mostrado que cualesquiera que sean nuestros deseos, y sin importar lo razonable que sea la postura de otros líderes europeos, hay algunos en Bruselas que no quieren que estas conversaciones tengan éxito y no quieren que el Reino Unido prospere”, afirmó.

La líder tory atacó asimismo a los “burócratas de Bruselas” que, a sus ojos, quieren “pasar por encima” del Reino Unido. La tensión entre Londres y Bruselas ha aumentado desde que la semana pasada May invitó a una cena de trabajo en Londres al presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, y al negociador de la UE ante el Brexit, Michel Barnier.

Tras publicarse esa información, la primera ministra alertó a Juncker de que descubrirá pronto que se enfrenta a una “mujer extremadamente difícil” y ayer lamentó además que la prensa europea haya “malinterpretado la posición negociadora” de su Ejecutivo. Ante ese escenario, May trasladó a los británicos que “hoy más que nunca es necesario estar liderados por un primer ministro y un Gobierno fuerte y estable”. “Hacer del Brexit un éxito es central para el interés nacional y para vuestra propia seguridad y prosperidad. Porque, si bien abandonar la Unión Europea supone una enorme oportunidad, si no lo hacemos bien las consecuencias serán serias”, advirtió.

La dirigente tory pidió el apoyo de los electores para evitar el “caos” que, en su opinión, provocaría la llegada de la oposición al Gobierno y para hacer que el Reino Unido “se levante airoso en el mundo una vez más”. Ante el proyecto impulsado por el Partido Nacionalista Escocés (SNP) para promover un nuevo referéndum de independencia y las dudas sobre el futuro estatus de la frontera entre la región británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, May aseguró que trabajará para “contrarrestar a los separatistas que quieren partir” el país. En respuesta al discurso de May, la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, acusó a la jefa de Gobierno de “envenenar el ambiente por motivos partidistas”, lo que consideró “profundamente irresponsable”, semanas antes de comenzar a dialogar en Bruselas sobre el futuro del Reino Unido fuera del bloque común.