Washington - La Casa Blanca presentó ayer pruebas “claras y consistentes” de que el régimen sirio de Bachar al Asad cometió hace una semana el ataque con gas sarín en Jan Sheijún (Idleb), en el que fallecieron más de 80 personas, incluidos niños. Funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional del presidente estadounidense, Donald Trump, aseguraron a la prensa que tienen “pruebas fisiológicas” de que el régimen sirio usó gas sarín contra la población en una zona de dominio rebelde.
Asimismo, Estados Unidos confirmó la autenticidad de fuentes externas que demuestran que un caza sirio lanzó el ataque con el mortal gas el 4 de abril a primera hora de la mañana, agregaron los funcionarios. Del mismo modo, las fuentes del Gobierno estadounidense argumentaron que, teniendo en cuenta la relación de décadas entre las fuerzas armadas sirias y rusas y que militares de ambos países operaban en la base aérea de Shayrat, es difícil entender cómo Moscú no tenía conocimiento previo del ataque.
Las fuentes de la Casa Blanca aseguraron que no hay pruebas que sostengan la versión siria y rusa de que las muertes por exposición a un químico neurotóxico se produjeron tras el bombardeo de una fábrica de armas químicas de un grupo yihadista.
Por el contrario, Washington considera que el ataque químico sirio tenía “motivos operacionales” con el objetivo de ejercer presión en la retaguardia de zonas rebeldes claves para mantener el control de la ciudad de Hama. “En ese contexto, se entiende el ataque químico como parte de un toma y daca entre rebeldes y fuerzas sirias”, indicó un funcionario estadounidense.
La Casa Blanca ofreció ayer una pormenorizada cronología del ataque con armas químicas del martes pasado, que dos días después llevó a Trump a autorizar el lanzamiento de 59 misiles guiados contra la base de Shayrat en represalia. Poco antes de las 07.00 hora local, un avión de fabricación rusa Sukhoi Su-22 de la fuerza aérea siria sobrevoló durante unos 20 minutos Jan Sheijún y, sobre el mediodía, comenzaron a aparecer evidencias gráficas en Internet de víctimas con síntomas de un ataque químico. Poco después de la 13.00 hora local, las víctimas empezaron a inundar un hospital cercano que, posteriormente, sería bombardeado con armamento convencional. Estados Unidos también tiene constancia de que un militar sirio de alto rango vinculado con el programa químico de ese país estuvo presente en la base de Shayrat antes de que se lanzara el ataque.
Putin se mantiene firme Mientras, Putin dejó claro que no dará su brazo a torcer al responder ayer a las acusaciones alertando sobre que, según los datos en su poder, se preparan nuevas “provocaciones” de ataques químicos en Siria para culpar a Al Asad. “Se proponen colocar algún tipo de sustancia y culpar de su uso a las autoridades sirias”, aseguró. De hecho, el Estado Mayor ruso afirmó de que los terroristas ya están transportando sustancias tóxicas a la zona de Guta Oriental, el oeste de Alepo y Jan Shijún, donde tuvo lugar la pasada semana el ataque químico.
A su vez, Putin destacó que la situación creada tras ese presunto ataque químico en Siria le recuerda a la invasión de Irak en 2003, “cuando los representantes de EEUU en el Consejo de Seguridad mostraron las supuestas armas nucleares encontradas en Irak”. “Después de eso comenzó la campaña en Irak, la militar, que terminó con la destrucción del país, un aumento de la amenaza terrorista y el surgimiento del Estado Islámico”, señaló. Y acusó a los países occidentales de querer normalizar a costa de Rusia las relaciones con Trump después de tomar partido durante la campaña electoral en EEUU en favor de su rival, Hillary Clinton. “Muy buena plataforma para la consolidación: Siria y Rusia. Ya hay un enemigo común. Magnífico. Estamos dispuestos a aguantar, pero esperemos entrar de todas formas en una fase positiva cooperación”, dijo.
Rusia insistió ayer en que Siria no tiene armas químicas y garantizó la seguridad de los expertos internacionales que quieran desplazarse al aeródromo de Shayrat, en la provincia de Homs, desde el que supuestamente tuvo lugar el ataque de Idleb, según Estados Unidos.
“Las autoridades sirias ya han expresado su disposición a permitir el acceso de expertos a dicho aeródromo. Los expertos lo saben, ocultar los rastros de las armas químicas es imposible”, declaró el Estado Mayor ruso.
Además, recordó que la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) confirmó la destrucción de dichos arsenales y que las únicas dos instalaciones -de un total de doce- donde es imposible confirmar su eliminación están bajo control opositor. - Efe