Nueva York - El supuesto ataque químico perpetrado el martes en el norte de Siria no hizo más que ahondar ayer la división que las potencias del Consejo de Seguridad de la ONU han mostrado desde el inicio de la guerra. De un lado, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, del otro, Rusia y, en menor medida China, los miembros permanentes del Consejo volvieron a cruzarse acusaciones y por ahora han sido incapaces de sacar adelante un simple texto de condena de lo sucedido en la localidad siria de Jan Shijún. Allí, según la ONU, al menos unas 70 personas fallecieron y más de 200 resultaron heridas en un ataque del que la oposición siria y el régimen se acusan mutuamente.

Organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) han afirmado que las víctimas presentaban síntomas parecidos a los de un agente neurotóxico como el gas sarín. Las potencias occidentales han apuntado directamente al régimen de Bachar al Asad como responsable y consideran que el ataque es una muestra más de su “barbarie”.

También criticaron muy duramente a Rusia por proteger a Al Asad en Naciones Unidas y, en concreto, por rechazar ayer una resolución que plantearon para condenar lo sucedido en Jan Shijún. “¿Cuántos niños más tienen que morir para que a Rusia le importe?”, se preguntó la embajadora estadounidense, Nikki Haley, que acusó a Moscú de utilizar una “falsa narrativa” para blindar a sus aliados de Damasco ante posibles sanciones.

Durante su intervención, Haley se puso en pie para mostrar al resto de diplomáticos fotografías de algunas de las víctimas del supuesto ataque químico. “No podemos cerrar nuestros ojos a esas imágenes. No podemos cerrar nuestras mentes a nuestra responsabilidad de actuar”, señaló. Ante el bloqueo en el Consejo de Seguridad, Haley sugirió además que su país podría tomar algún tipo de medida unilateral, aunque no dio más detalles.

Francia y el Reino Unido insistieron también a Rusia para que permita al Consejo de Seguridad actuar ante el uso de armas químicas en Siria. “No hay ninguna alianza política que pueda justificar cerrar los ojos ante atrocidades masivas”, dijo el embajador francés, François Delattre. Su homólogo británico, Matthew Rycroft, insistió en que los vetos rusos en el Consejo no hacen más que animar al régimen sirio a continuar matando y defendió que el texto que proponen su país, Francia y Estados Unidos sobre el ataque químico es aceptable para cualquier Estado.

sin responsables El borrador no señala a ningún responsable y se limita a condenar el ataque, pedir una investigación internacional urgente y cooperación a las autoridades sirias y abrir la puerta a eventuales medidas contra quien sea hallado culpable.

Sin embargo, Rusia dejó claro desde el primer momento que consideraba el texto “categóricamente inaceptable” y defendió que cualquier decisión debe adoptarse después de una investigación “completa”. Al término de la reunión del Consejo de Seguridad, los países seguían discutiendo de manera informal el borrador y, ante las reticencias rusas, no se había puesto en agenda ninguna votación.

El representante ruso, Vladimir Safronkov, insistió en que todo lo que hay por ahora son “falsos reportes” y reiteró informaciones suministradas desde Moscú, según las cuales la aviación siria habría bombardeado un almacén donde el grupo terrorista Al Nusra (filial de Al Qaeda) estaría fabricando municiones “que usan armas tóxicas”.

Los cruces de acusaciones desencadenados por el supuesto ataque químico se producen mientras Naciones Unidas intenta que el Gobierno y la oposición siria avancen en las negociaciones de paz de Ginebra. El Kremlin dijo ayer que las iniciativas occidentales en el Consejo buscan “dificultar” esos progresos, mientras que Estados Unidos acusó a Al Asad, Rusia e Irán de “no tener interés en la paz”. En los últimos días, Washington había apuntado que la salida del presidente sirio ya no es una de sus prioridades, que se centran en combatir al Estado Islámico (EI), pero ayer el presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró que su actitud hacia Al Asad “ha cambiado” a raíz del supuesto ataque químico.

investigación en marcha Francia y el Reino Unido han reiterado en todo momento que todo pasa por una “transición política” en Siria e insistieron ayer en que el uso de armas químicas demuestra una vez más que Al Asad tiene que irse. No obstante, la ONU informó ayer de que sigue a la espera de conocer detalles sobre el ataque con armas químicas registrado en Siria este martes y que, según datos que ofreció, causó la muerte de unas 70 personas y heridas a más de 200. “Todavía estamos recibiendo información. Los detalles completos no se conocen todavía”, afirmó el alto representante de la ONU para Asuntos de Desarme, Kim Won-soo, al comienzo de una sesión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU para analizar este tema.

Kim dijo que una misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) está “activamente reuniendo y analizando información” y que será desplegada en la zona del ataque “a la primera ocasión”. El alto funcionario de la ONU habló al comienzo de la reunión, en la que en principio estaba previsto que se presentara una resolución del Consejo de Seguridad sobre este caso, aunque la votación aún está pendiente.

Kim dijo que la ONU está reuniendo información “de todas las fuentes disponibles” y que ha mantenido contactos con miembros de la OPAQ y también con representantes de la misión de Siria en Naciones Unidas. Según Kim, este ataque con armas químicas es el más grave en Siria desde el que se registró el 21 de agosto de 2013 en Guta, a las afueras de Damasco.