Washington - El liderazgo republicano de la Cámara de Representantes de Estados Unidos retiró ayer el nuevo plan sanitario que preveía sustituir la actual ley de salud impulsada por el expresidente Barack Obama, conocida como Obamacare, tras no conseguir el apoyo suficiente entre su propia bancada, confirmaron fuentes del Congreso estadounidense. Ante la falta de apoyo entre los representantes conservadores, el presidente de la Cámara Baja, el republicano Paul Ryan, retiró el proyecto de ley apenas unos minutos antes de que comenzara el voto previsto para la tarde de ayer, lo que supone el primer gran tropiezo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desde que llegó al poder el pasado enero. “La hemos retirado”, confirmó Trump en conversación telefónica con el diario The Washington Post, al confirmar que tras los esfuerzos de negociación no había opciones de lograr los suficientes síes, por lo que pidió a Ryan que retirara el texto.

La decisión llega ante la incapacidad republicana de ponerse de acuerdo sobre el texto legislativo que preveía sustituir la actual ley sanitaria, Obamacare, especialmente por el rechazo de los más moderados y del ala ultraconservadora del partido conservador.

Ryan había acudido horas antes a la Casa Blanca para informar a Trump de que no había votos suficientes, pero para entonces el multimillonario todavía guardaba la esperanza de conseguir los 216 votos que necesitaba para poder aprobar la legislación.

no estaba previsto El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, había descartado este escenario en su rueda de prensa diaria, y aseguró que tanto Donald Trump como Paul Ryan habían hecho “todo lo posible” para sacar “esta oportunidad adelante”. La primera votación sobre la medida estaba previsto para el jueves pero los republicanos se vieron obligados a posponerlo por la misma razón, aunque Trump les dio un ultimátum y les exigió que sometieran la propuesta ayer a consideración o, de lo contrario, dejaría vigente el sistema actual.

Acabar con el Obamacare fue una de las grandes promesas de campaña del magnate inmobiliario y los republicanos llevan años arremetiendo contra esa ley, pero no parecen capaces de ponerse de acuerdo en cómo sustituirla.

El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Paul Ryan, reconoció ayer “el revés” sufrido por la falta de consenso entre su bancada para aprobar un nuevo plan de salud, pero aseguró que este “no es el final de la historia”. En una rueda de prensa, Ryan prometió seguir trabajando para “mejorar las vidas de la gente” y derogar y sustituir el actual sistema, impulsado por el expresidente Barack Obama, aunque el actual mandatario, Donald Trump, aseguró este jueves que lo dejaría en pie si el proyecto que iba a ser votado ayer fracasaba, tal y como sucedió. - Efe