Washington - Estados Unidos aumentó ayer la presión sobre Venezuela al pedir “un proceso democrático” y la liberación de los “presos políticos”, el tercero de los movimientos del Gobierno de Donald Trump hacia Caracas en una semana. En un comunicado del Departamento de Estado, EE.UU. demandó la liberación de las “más de cien” personas presas en Venezuela “por sus convicciones políticas”, entre ellas el líder opositor Leopoldo López, quien ayer cumplió tres años en la cárcel. Trump ya exigió la libertad de López este miércoles tras reunirse con su esposa, Lilian Tintori, en la Casa Blanca, dos días después de que su Gobierno impusiera sanciones económicas al vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, por presunto narcotráfico. El de ayer es, por tanto, el tercer paso significativo del Gobierno Trump en solo una semana sobre su política hacia Venezuela. Estados Unidos está “consternado” no solo por “los presos políticos”, sino también por “otras acciones tomadas por el Gobierno de Venezuela “para criminalizar el disentimiento y negar a sus ciudadanos los beneficios de la democracia”, según la nota. Así, Washington llama “a la inmediata liberación de todos los presos de conciencia”, pero también al “respeto del Estado de derecho”, “la libertad de prensa”, “la separación de los poderes constitucionales” y “la restauración de un proceso democrático que refleje la voluntad del pueblo de Venezuela”, sin precisar más al respecto. Durante la campaña electoral, Trump no dio apenas pistas sobre su política hacia Caracas, más allá de expresar su “solidaridad con los pueblos sufridos de Cuba y Venezuela” y prometer a los exiliados de ambos países en Florida luchar “contra la opresión de los regímenes de (Raúl) Castro y (Nicolás) Maduro”. Pero los movimientos de esta semana indican que el Ejecutivo de Trump “está tomando una posición pública más dura con el régimen de Maduro que Obama. - Efe