Washington - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atacó ayer con dureza a los tribunales del país, a los que considera “muy políticos”, y en particular a la corte de apelaciones, precisamente la misma que está revisando su veto migratorio, temporalmente suspendido, al defender que es necesario y su poder, como jefe del Ejecutivo, para establecerlo, y que tiene que emitir una sentencia próximamente.

“No quiero llamar a una corte sesgada, así que no la llamaré sesgada (...). Pero los tribunales parecen ser muy políticos”, sostuvo Trump durante un discurso ante una conferencia de jefes de Policía y oficiales de las fuerzas del orden en un hotel de Washington.

Un panel de tres magistrados del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede en San Francisco (California), estudia la petición del Gobierno de restituir el veto migratorio de Trump, suspendido temporalmente por orden de un juez federal desde el pasado viernes.

Si esos tres jueces, dos nominados por presidentes demócratas y otro por un republicano, “quisieran, en mi opinión, ayudar a la corte en términos de respeto por la corte, que hagan lo que deberían estar haciendo”, advirtió Trump. Y “lo correcto”, según lo que entiende el mandatario estadounidense, es que esa corte restaure su veto, ordenado el pasado 27 de enero para suspender temporalmente el programa de acogida de refugiados de Estados Unidos y anular la emisión de visados para ciudadanos de siete países de mayoría musulmana: Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Irán y Yemen.

Durante su discurso, el magnate neoyorquino leyó incluso parte de la Ley de Inmigración de 1965, que da al presidente de Estados Unidos autoridad para regular al respecto.

A juicio de Trump, incluso quien haya sido “un mal estudiante en la secundaria” puede entender la legalidad de su medida. Y “yo fui un buen estudiante. Entiendo cosas. Y comprendo muy bien, ¿ok? Mejor, yo creo, que casi cualquier persona”, aclaró el presidente. “Es triste, creo que es un día triste. Creo que nuestra seguridad está en riesgo hoy”, lamentó Trump.

Asimismo, recordó que la “seguridad” fue “una de las razones más fuertes” de su triunfo en las elecciones presidenciales del pasado noviembre frente a su rival demócrata, Hillary Clinton. “He aprendido mucho en las últimas dos semanas y el terrorismo es una amenaza mucho mayor de lo que la gente de nuestro país cree”, señaló Trump.

Antes y después de su discurso, Trump insistió en el tema en su cuenta personal de Twitter, al argumentar que una decisión judicial contraria a su veto afectará a la seguridad a la que todos los estadounidenses tienen “derecho”.

En otro tuit, el presidente denunció “un gran aumento” en la entrada al país de personas “de ciertas áreas”, mientras los estadounidenses son “mucho más vulnerables” a la espera de una decisión sobre su orden migratoria.

A la espera del fallo Tras escuchar el pasado martes los argumentos del Gobierno y de los estados de Washington y Minesota, impulsores del recurso que ha motivado la suspensión temporal del veto, los jueces del tribunal de apelaciones aseguraron que tomarán una decisión sobre si restituirlo o no “lo antes posible”, sin especificar fechas concretas.

En respuesta a una petición de los estados de Washington y Minesota, el pasado viernes el juez federal James Robart decidió estudiar el contenido de la medida de Trump y, mientras tanto, ordenó suspenderla temporalmente por el “daño inmediato e irreparable” que podría causar de seguir en vigor.

La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito ya rechazó el domingo un recurso interpuesto por el Gobierno de Trump contra la decisión de Robert. Si ese tribunal vuelve a rechazar la petición del Gobierno de Estados Unidos, es muy posible que la batalla legal llegue hasta el Tribunal Supremo, como ha reconocido el propio Trump.

En su intervención ante los jefes policiales y de las fuerzas del orden, Trump declaró también que su orden migratoria es “un arma” necesaria para ellos, al mencionar el aumento reciente de los índices de violencia y criminalidad en ciudades como Chicago.

Muchos de los problemas en Chicago, que en 2016 registró 762 homicidios, la cifra más alta desde los 796 de 1996, “son causados por miembros de pandillas, muchos de los cuales ni siquiera están legalmente en nuestro país”, denunció Trump.

En ese sentido, dijo a los asistentes que ellos tienen “el poder y el conocimiento” para informar al secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, de quiénes son los “inmigrantes ilegales”, porque están “en los barrios” y conocen “a los malos” y también “a los buenos”.

Mientras tanto, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, y el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, viajaron ayer a Washington donde tratarán el la nueva política migratoria de EEUU.