Londres - El Gobierno británico publicó ayer el Libro Blanco de 77 páginas en el que el muestra la que será su política oficial para poner en marcha el Brexit a partir de marzo, centrándose en el control de la inmigración y en aplicar sus propias leyes. Y confirma además, como Reino Unido se retirará del mercado único y buscará un nuevo acuerdo comercial con la UE.

No oculta que Londres buscará conseguir con la UE un acuerdo comercial “lo más libre y con las menores fricciones posibles” y como a ambas partes les interesa “construir una nueva alianza estratégica, con un acuerdo comercial libre y exhaustivo y un nuevo acuerdo aduanero”. Se espera que Reino Unido aplique al resto de países las mismas tarifas que la UE utiliza como parte de la Organización Mundial de Comercio. Entre la lista de favoritos para mantener conversaciones preliminares para llegar a acuerdos se sitúan China y Brasil.

Para el ministro encargado del Brexit, David Davis, los “mejores días del Reino Unido están por llegar” y serán fuera de la UE. Durante la presentación del documento, explicó como el Gobierno a partir de ahora, “necesitará a veces tener cuidado con los comentarios que hace públicos”. Sin embargo, sí que prometió que habrá “un amplio compromiso con el parlamento” y un “alto grado de participación pública” a medida que avance el proceso.

En materia de inmigración, el Libro Blanco expone que se introducirá un nuevo sistema para controlar la llega de personas de la UE, introduciéndose gradualmente para darle tiempo a las empresas a prepararse. Pretenden así ayudar a completar campos donde hacen falta aptitudes y dar la bienvenida a estudiantes “auténticos”.

De hecho, el Gobierno de May quiere asegurar un acuerdo con los países europeos “a la mayor brevedad posible” para garantizar tanto los derechos de los 2,8 millones de ciudadanos de la UE en el Reino Unido como los de los británicos que viven en el resto de Europa. “Esperamos presentar proyectos de ley separados sobre la inmigración y las aduanas”, cuenta el documento. Precisamente, un punto importante dentro de las filas del partido conservador, pues los diputados tories están divididos entre los que quieren que May introduzca restricciones migratorias severas y los que no.

En cuanto a la soberanía, Londres dejará de estar bajo la jurisdicción del Tribunal de Justicia europeo y fuera de la UE tratará de establecer mecanismos de resolución para cuestiones como las disputas comerciales. También se menciona la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, donde se fija como objetivo conseguir “una frontera tan perfecta y sin fricciones como sea posible”.

vacaciones de catorce semanas Sin quererlo, lo más comentado y hablado del documento fue un error tipográfico en la página 32 que apunta a que el Gobierno británico tras el Brexit dará a los trabajadores británicos 14 semanas de vacaciones pagadas al año, 10 semanas más de las que tienen derecho bajo el actual marco europeo.

Esta rápida publicación se produce después de que el miércoles por la noche, los diputados respaldasen por 498 frente a 114 el proyecto de ley para la salida de la UE. El siguiente paso se centra en que los parlamentarios discutan el proyecto de ley con más detalle la próxima semana cuando llegue a la etapa de comité en los Comunes.

Desde el partido laborista consideró que el documento “no dice nada” y critican que se ha producido demasiado tarde para poder darle un escrutinio “significativo”. Así lo expuso Keir Starmer, el responsable laborista del Brexit, quien dijo a los Comunes que no quedaba resuelta la posición de May para garantizar el futuro de ciudadanos británicos que viven en otros países de la UE. Más duro fue Tim Farron, el líder de los liberaldemócratas, para quien todo lo que se ha visto esta semana “es un libro blanco de los tories y una bandera blanca de los laboristas. Ambos están ahora comprometidos con un Brexit duro que hará un daño incalculable a nuestra economía”.

Las negociaciones formales pueden iniciarse una vez que el Reino Unido notifique la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que May ha prometido hacer a finales de marzo, si bien la prensa británica adelanta la fecha al 7 de marzo.

1º. Proporcionar certeza y claridad.

2º. Tomar el control de nuestras propias leyes.

3º. Fortalecimiento de la Unión.

4º. Proteger nuestros fuertes vínculos históricos con Irlanda y mantener la actual Zona entre ambos.

5º. Control de la inmigración.

6º. Asegurar los derechos de los ciudadanos de la UE en el Reino Unido y los nacionales del Reino Unido en la UE.

7º. Protección de los derechos de los trabajadores.

8º. Garantizar el libre comercio con los mercados europeos.

9º. Asegurar nuevos acuerdos comerciales con otros países.

10º. Garantizar que el Reino Unido sigue siendo el mejor lugar para la ciencia y la innovación.

11º. Cooperar en la lucha contra el crimen y el terrorismo.

12º. Lograr una salida tranquila y ordenada de la UE.

Salida de la Unión Europea del Reino Unido y nueva alianza con la UE.

La elaboración de este libro de 77 páginas fue una exigencia de varios diputados conservadores favorables a la permanencia en la UE en el histórico referéndum del 23 de junio y en él se hace eco de la visión de May de “un Reino Unido independiente y verdaderamente global”.