WASHINGTON. "Aunque no creemos que la existencia de asentamientos sea un impedimento para la paz, la construcción de nuevos asentamientos o la expansión de los asentamientos existentes más allá de sus límites actuales puede no ser de ayuda para lograr ese propósito", apuntó la Casa Blanca en un comunicado.

Esta es la respuesta de la Casa Blanca a la aprobación el pasado martes por parte de Israel de la construcción de 3.000 nuevas viviendas en colonias de los territorios palestinos ocupados de Cisjordania, una semana después de haber autorizado otras 2.500.

Se trata también del primer pronunciamiento crítico hacia Israel de la nueva Administración estadounidense, que se presume mucho más cercana a las políticas israelíes que la del expresidente Barack Obama.

En el comunicado, la Casa Blanca señaló que espera abordar la problemática de las colonias directamente con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el próximo 15 de febrero durante su visita a Washington, antes de adoptar una posición oficial.

Desde que Trump llegó a la Casa Blanca hace poco menos de dos semanas, Israel ha dado luz verde a 5.500 casas en asentamientos de Cisjordania y 566 en la zona oriental palestina de Jerusalén. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en diciembre pasado con la abstención de Estados Unidos una resolución que insta a Israel a paralizar toda actividad colonizadora, aunque Trump, que ya era presidente electo, criticó ese movimiento diplomático.

Países europeos como España y Francia han "condenado" las recientes decisiones de Israel de levantar más asentamientos, mientras que Naciones Unidas y la propia Unión Europea han expresado "preocupación".

Palestina, por su parte, ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que "asuma su responsabilidad" y actúe para hacer cumplir su resolución.