washington - El presidente de EEUU, Donald Trump, aconsejó ayer a la mayoría republicana en el Senado que, de ser necesario, haga uso de una excepción parlamentaria conocida como opción nuclear para confirmar al juez Neil Gorsuch, su nominado para ocupar la vacante en el Tribunal Supremo.

En caso de estancamiento en el proceso de confirmación de Gorsuch por la oposición de los demócratas, Trump mandó un mensaje al líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell: “Si puedes, Mitch, apuesta por (la opción) nuclear (go nuclear).

“Depende de Mitch (McConnell), pero yo diría que vaya a por ello”, agregó Trump sobre esa “opción nuclear” durante una reunión en la Casa Blanca con grupos vinculados al Tribunal Supremo.

La llamada opción nuclear, cuya aplicación es muy inusual pero que McConnell (como líder de la mayoría en la Cámara Alta) puede activar a discreción, cambia las reglas del Senado, al requerir una aprobación solo por mayoría simple (50) y no de 60 votos. Así, esta excepción pone en peligro de manera permanente la capacidad del partido de la minoría para detener o bloquear el voto en casi cualquier materia, desde legislaciones hasta nombramientos judiciales o nominaciones relativamente rutinarias para puestos del Gobierno.

Sobre Gorsuch, un juez conservador de 49 años cuya nominación anunció el martes por la noche, Trump subrayó ayer que es “un hombre espectacular” y “perfecto para casi todo el mundo”. “Queremos verlo pasar (a Gorsuch) por un proceso (de confirmación) elegante en contraposición a uno humillante. Son muy humillantes en el otro lado”, dijo el mandatario acerca de los legisladores demócratas. “Realmente creo que es un hombre muy digno y me gustaría verlo pasar por un proceso digno. Creo que se lo merece. Y con suerte todo irá rápidamente”, añadió Trump.

De ser confirmado por el Senado, Gorsuch ocupará la vacante en el Supremo del juez Antonin Scalia, que falleció en febrero de 2016 y dejó la corte dividida entre cuatro magistrados conservadores y cuatro progresistas. El expresidente Barack Obama nominó para ocupar esa vacante al juez moderado Merrick Garland, pero los republicanos ni siquiera convocaron audiencias en el Senado para examinar su candidatura con el argumento de que no tenía sentido aprobarlo en un año electoral.

Gorsuch se desplazó ayer en compañía del vicepresidente de EEUU, Mike Pence, al Capitolio, donde fueron recibidos por McConnell y la también senadora republicana Kelly Ayotte. El líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, adelantó que habrá un “exhaustivo” debate en esa Cámara para sopesar la idoneidad de Gorsuch. Mientras, los republicanos pretenden convocar las primeras audiencias sobre el nominado para el Supremo en un plazo de unas seis semanas, con la esperanza de que esté confirmado para primeros de abril.

Maniobra Los republicanos del Comité de Finanzas del Senado aprobaron ayer la nominación de los candidatos de Trump para ser secretarios de Sanidad y del Tesoro, Tom Price y Steven Mnuchin, respectivamente, pese a que los demócratas se ausentaron de la votación. Por unanimidad, los republicanos reunidos en la sala de audiencias acordaron cambiar las reglas permanentes del comité, las cuales normalmente requieren que al menos un miembro de cada partido asista para que continúe el trabajo de la comisión, y votaron sin que ningún demócrata estuviera presente. “Es solo otra forma de avanzar con los nominados del presidente”, dijo el presidente del comité, el senador republicano por Utah Orrin Hatch.

Pero no todo es un camino de rosas para Trump en el Senado, las senadoras republicanas Susan Collins y Lisa Murkowski rompieron ayer con la línea de su partido y anunciaron que se opondrán a la nominación de la multimillonaria Betsy DeVos como secretaria de Educación en el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Esta es la primera vez en este proceso de confirmaciones para el gabinete presidencial en el Senado que algún republicano vota en el pleno contra uno de los nominados por el magnate inmobiliario. Si las dos senadoras cumplen lo anunciado con su decisión y se alinean con los demócratas, que previsiblemente votarán en bloque contra la confirmación de DeVos, el voto quedará empatado, con lo que debería ser el vicepresidente Mike Pence quien rompiese ese empate en favor de la designada por Trump. Si los demócratas logran sumar a otro republicano en contra, la confirmación de DeVos podría estar en peligro.

Ambas senadoras expresaron en el pleno del Senado que “simplemente no pueden votar” por ella dada su inexistente experiencia en política educativa, un aspecto sobre el que la multimillonaria ha sido donante, pero no ha ejercido ningún puesto ejecutivo. DeVos es una donante republicana de larga trayectoria pero no cuenta con experiencia política, y los demócratas han recibido una avalancha de quejas de los ciudadanos sobre su confirmación debido a su querencia por la enseñanza privada.

Confirmación de Tillerson El Senado de Estados Unidos confirmó ayer, en una votación muy ajustada, al empresario petrolero Rex Tillerson como próximo secretario de Estado del Gobierno de Donald Trump. Tillerson, de 64 años, tomará las riendas de la diplomacia estadounidense en unos momentos delicados para el país, después de la brecha abierta con México tras la confirmación de la construcción del muro en la frontera, las suspicacias que ha levantado Trump en la Unión Europea (UE) y la difícil situación en Oriente Medio.

Con 56 votos a favor y 43 en contra, Tillerson logró el consentimiento de la Cámara Alta después de salir airoso en el voto previo del Comité de Relaciones Exteriores, donde sus vínculos con Rusia le pusieron en aprietos. En esa comisión, los senadores republicanos John McCain, Lindsay Graham y Marco Rubio expresaron sus preocupaciones sobre las posturas de Trump hacia Moscú y las comprobadas relaciones de Tillerson, exconsejero delegado de Exxon Mobile, con el Kremlin, pero finalmente apoyaron su candidatura.

Graham calificó como “desconcertante” el hecho de que Putin otorgase a Tillerson la Orden de la Amistad del Kremlin en 2013, mientras el senador John McCain aseguró, en alusión al empresario, que no entendía “cómo alguien podría ser amigo de un antiguo agente de la KGB”, refiriéndose al mandatario ruso, Vladimir Putin. - Efe