El Cairo - Los ministros de Exteriores de la Liga Árabe (LA) y la Unión Europea (UE), desearon ayer reforzar la cooperación para hacer frente a los fenómenos del terrorismo extremista y de la migración ilegal, que afectan y preocupan a ambos lados del Mediterráneo. Los jefes de la diplomacia europea y árabe rechazaron los últimos actos terroristas en Egipto, Jordania, Alemania y Turquía. Ayer varios países árabes condenaron el atentado contra un mercadillo de Navidad en Berlín, que anoche dejó 12 personas muertas y medio centenar heridas, y el asesinato ayer del embajador ruso en Ankara por un policía turco. Por otra parte, los ministros condenaron la actuación del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en todos los países donde tiene presencia, desde Siria hasta Libia, lo cual supone una amenaza tanto para los países europeos como para los árabes. En su cuarta reunión conjunta en la sede del organismo panárabe en El Cairo, los titulares de ambos bloques acordaron celebrar más encuentros a todos los niveles, así como una cumbre periódica, para mejorar esa colaboración en todos los ámbitos. En un comunicado conjunto emitido al final de la cita, señalaron su deseo de luchar contra la radicalización, el reclutamiento y el fenómeno de los combatientes extranjeros, que es un fenómeno que afecta tanto en los países de la UE como en los de Oriente Medio.
La alta responsable de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Federica Mogherini, instó en la capital egipcia a “la cooperación entre ambas regiones para combatir el terrorismo” y reiteró la importancia de mantenerse unidos ante “las crisis a la que hacemos frente en nuestra región”.
Los representantes apoyaron un planteamiento global respecto al fenómeno de la migración ilegal, que suele proceder de los países ubicados al sur del Mediterráneo y tiene como destino los de la ribera septentrional. Tanto en el caso del terrorismo como en el de la migración ilegal, el documento conjunto destacó la necesidad de luchar contra las mafias y redes criminales que trafican con personas, armas o drogas, y que en algunos casos financian las acciones violentas.
Los asistentes abordaron las principales crisis regionales, como la guerra en Siria, en Irak, en Libia o en el Yemen, que preocupan tanto a los propios países y a sus vecinos, como a los socios europeos.
A pesar de sus deseos de desempeñar un papel en la búsqueda de esa solución y en detener el derramamiento de sangre, nombraron a la ONU como la principal institución responsable de mediar y poner fin a las crisis, a través del Consejo de Seguridad y de sus enviados especiales designados para cada país.
Aún así, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, invitó al final de la reunión a todos los países europeos a “emplear su peso político y potencial diplomático para poner fin a la violencia en Siria y encontrar una solución política” al conflicto en ese país. - Efe