Bruselas - El ministro turco de Asuntos Europeos, Ömer Çelik, pidió ayer en Bruselas que se acelere “cuanto antes” la transmisión de los 6.000 millones de euros de fondos europeos pactados en el acuerdo firmado para la gestión de la crisis migratoria entre la Unión Europea (UE) y Ankara. Çelik fue recibido en Bruselas por el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Frans Timmermans, y por los comisarios de Inmigración y de Seguridad, Dimitris Avramopoulos y Julian King, respectivamente.

El encuentro tuvo lugar en un clima de tensión entre Turquía y el bloque comunitario tras la petición del Parlamento Europeo (PE) de suspender las negociaciones de adhesión con Ankara y la posterior amenaza del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de abrir la puerta de los refugiados a Europa. En las reuniones, se trataron las relaciones UE-Turquía, con el acuerdo migratorio firmado entre ambas partes en marzo como telón de fondo, la amenaza del terrorismo y la radicalización y el apoyo europeo para la liberalización de visados a Turquía.

Según fuentes comunitarias, la entrevista “reflejó y reafirmó” el “compromiso mutuo de seguir trabajando juntos”. Los comisarios aseguraron que continuarán con su compromiso de “apoyo a los refugiados en Turquía” mediante el acuerdo, del que “ya se han desembolsado 2.200 millones”.

Sobre los visados, la CE afirmó que continuará trabajando para conseguir “los cambios legislativos y de procedimiento” necesarios para una completa liberalización.

Çelik criticó la lentitud en el pago de los fondos y urgió a “acelerar” la transmisión de los mismos porque “los niños refugiados de 5 años necesitan la ayuda ahora, no cuando tengan 50”.

El ministro subrayó que el Gobierno de Turquía ha gastado ya “12.000 millones de dólares”, que junto con el gasto de las ONG turcas, de 13.000 millones, elevan el coste de la acogida de refugiados a “25.000 millones”.

Explicó que, de los tres millones de refugiados que acoge Turquía, 800.000 son niños y que hasta la fecha el Gobierno ofrece educación a 491.000, es decir, al 59% de los menores. “Esto equivale, por ejemplo, a todos los niños que reciben educación en Finlandia. Necesitamos más esfuerzos y colaboración para dar educación al 41% que todavía no recibe educación”, incidió.

Criticó que, de los 6.000 millones pactados, solo una pequeña parte está disponible y operativa y que únicamente “300.000 euros han sido transferidos desde la UE al Ministerio de Educación turco” para afrontar este problema. Además, Celik lamentó la actitud de la comunidad internacional, que tildó de “inaceptable” porque “trata de lavarse las manos” pagando dinero y desentendiéndose del problema en Turquía.

“Turquía no es un campo de concentración. Tenemos la obligación moral y política de dar una solución de futuro a estos niños porque son seres humanos”, sentenció.

También criticó la actitud de algunos países europeos que están “cerrando y bloqueando sus fronteras” y a aquellos que organizan referendos para acoger a “500 o 1.000 refugiados” cuando Turquía, según explicó, recibe esa cifra “cada día”.

“Los refugiados no son una amenaza a la identidad europea, son personas como nosotros, tienen esperanza en el futuro y también tienen miedos. No podemos tratarlos como objetos o como simples herramientas. La humanidad debe ganar esta batalla”, afirmó.

El ministro turco dijo que puede haber “terroristas que vienen de Siria o Irak”, pero que Turquía está dispuesta a asumir ese riesgo porque no se puede “dejar a todas estas personas morir”.