la habana - Retirado del poder desde 2006, Fidel Castro pasó sus últimos años entre la convalecencia por su enfermedad, esporádicas apariciones, duros momentos por la muerte de amigos como Hugo Chávez o Gabriel García Márquez e históricos acontecimientos como el “deshielo” entre Cuba y EEUU.
La grave dolencia intestinal que el mismo Fidel Castro declaró secreto de estado y que llegó a ponerle entre la vida y la muerte convirtió al Comandante en jefe de la revolución cubana en un “soldado de las ideas” que cambió su legendario uniforme verde olivo por la indumentaria deportiva con la que se le ha visto en sus años de jubilación.
Con su inédita proclama del 31 de julio de 2006, el líder cubano delegó las riendas del país en su hermano Raúl y comenzó una larga convalecencia que le mantuvo completamente apartado de la vida pública durante cuatro años, en los que no faltaron constantes especulaciones sobre su estado de salud.
Para sorpresa de propios y extraños, Fidel comenzó a reaparecer en 2010 en algunos actos públicos, en una especie de “resurrección” donde emprendió una particular “cruzada” sobre peligros para el planeta como una eventual guerra nuclear, el cambio climático o el problema alimentario.
Muy significativa fue su presencia, en abril de 2011, en la clausura del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) donde su hermano Raúl le sustituyó como primer secretario al frente de la organización, con lo que se completó el traspaso de poderes iniciado cinco años antes.
Además de ser testigo de su propia sucesión, Fidel Castro asistió desde el retiro a las reformas para “actualizar” el socialismo cubano, un proceso que abrió tímidamente las puertas a la iniciativa privada y que acabó con históricas prohibiciones que él mantuvo como los viajes al extranjero o la compraventa de viviendas o coches entre particulares.
pérdida de amigos También sufrió en los últimos tiempos la pérdida de grandes amigos, en especial la del presidente venezolano Hugo Chávez, el principal socio de la isla en el siglo XXI y fallecido el 5 de marzo de 2013 a los 58 años tras una larga batalla contra el cáncer.
Castro también sobrevivió a uno de los líderes internacionales más carismáticos del siglo XX: el expresidente sudafricano Nelson Mandela, fallecido en diciembre de 2013 y con quien mantuvo una relación de amistad y admiración mutua.
Y nada fácil fue para él la pérdida en abril de 2014 de Gabriel García Márquez, el universal escritor colombiano que estuvo unido al expresidente cubano por una estrecha amistad durante décadas y que trascendió las críticas, los cambios políticos y el paso del tiempo.
Fidel Castro fue en vida testigo silente de uno de los principales acontecimientos en la historia de la revolución cubana: el restablecimiento de relaciones el 17 de diciembre de 2014 entre Cuba y Estados Unidos, el “imperio” al que por décadas dedicó sus más feroces críticas.
Desde su retiro en 2006, la enfermedad obligó al líder de la Revolución cubana a renunciar a sus largos discursos en público pero encontró una vía para expresar sus opiniones en las Reflexiones, una serie de artículos de prensa cuya frecuencia languideció poco a poco. Sin embargo no mermó un ápice el interés internacional que siempre suscitó la figura de Fidel: sus apariciones, la frecuencia de sus artículos o las fotos con las personalidades a las que recibía en su casa de La Habana, en las que se podía ver a un Fidel de aspecto frágil, casi siempre sentado, con voz débil aunque animado y mucho más delgado, sirvieron durante años para pulsar el estado del Comandante en jefe en unos años donde no cesaron tampoco los constantes rumores sobre su muerte.
Sobre la enfermedad que le obligó a delegar nada se explicó oficialmente, aunque la tesis más extendida es que sufrió una “diverticulitis” derivada en peritonitis después de tres operaciones fallidas. - Efe