la habana - Fidel Castro ha guardado con especial celo su intimidad y pese a tener una numerosa familia, entre hermanos, hijos, nietos o sobrinos intentó que su vida personal estuviera siempre marcada por la discreción. Descendiente de un emigrante español de Galicia -Ángel Castro- convertido en terrateniente y de la cubana Lina Ruz, fue el tercero de los siete hijos de la pareja.

El líder cubano también se rodeó de discreción en su vida sentimental. Durante muchos años se mantuvo en la sombra su esposa Dalia Soto del Valle, maestra de profesión, cuya relación con Castro, según algunos de sus biógrafos, data de hace más de 40 años.

Casi 20 años más joven que Castro, rubia, de ojos verdes, Dalia se ha dejado ver también ocasionalmente en público acompañada de alguno de sus hijos, cinco varones cuyos nombres comienzan con A: Alexis, Alejandro, Ángel, Álex y Antonio. Estos han tenido una mayor proyección pública en los últimos tiempos.

Fidel se casó por primera vez en 1948, con Mirtha Díaz Balart, cuando aún estudiaba la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, y fruto de ese matrimonio tuvo a su primogénito Fidel, pero se divorciaron en 1954.

ROMANCES Entre los romances y amores fugaces que se le atribuyeron al líder cubano, la más comentada ha sido sin duda la relación que mantuvo con Natalia Revuelta (fallecida en 2015), una bella mujer de la alta sociedad casada con un médico prestigioso, que se involucró en las actividades de la revolución. De esos amores nació en 1956 Alina Fernández, su única hija (aunque Castro nunca le dio su apellido), que vive en EEUU y que en numerosas ocasiones se ha declarado adversaria política de su padre.

Pero, quizá, quien tuvo el privilegio de ser la mujer más influyente en la vida de Fidel Castro fue Celia Sánchez, su más cercana colaboradora desde la guerrilla de la Sierra Maestra, devenida en su secretaria personal en los primeros tiempos de la revolución, y con quien además mantuvo una entrañable amistad hasta su muerte en 1980 víctima de cáncer pulmonar. - Efe