parís - París echa hoy la vista un año atrás para recordar a las 130 personas que perdieron la vida en el primer gran atentado coordinado por Estado Islámico en una capital europea. Las autoridades recorrerán los escenarios de una noche aciaga que terminó de despertar a Francia en la barbarie terrorista.

Nueve terroristas sembraron el pánico la noche del 13 de noviembre de 2015, repartidos en distintas zonas de la capital gala. Tres de ellos se inmolaron y mataron a una persona junto al Estadio de Francia, en Saint-Denis, mientras que otros tres dispararon de forma indiscriminada contra bares y terrazas de la zona centro y dejaron 39 víctimas mortales.

El escenario más trágico fue la sala de conciertos Bataclan, asaltada a golpe de fusiles y explosivos mientras el grupo Eagles of Death Metal ofrecía un concierto. Fallecieron en ella 90 personas.

El presidente de Francia, François Hollande, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo y el alcalde de Saint-Denis, Didier Paillard, recorrerán hoy los lugares de la tragedia. Los actos comenzarán a las 9.00 en el Estadio de Francia y concluirán dos horas más tarde en Bataclan, previo paso por el resto de escenarios.

El Elíseo informó de que las ceremonias “estarán marcadas por una gran sobriedad” por petición expresa de familiares de víctimas. Se descubrirán placas en recuerdo de los fallecidos y se guardarán momentos de silencio, según la nota oficial, que llama también a respetar la “intimidad” de las familias.

investigación La cadena de atentados fue reivindicada por el grupo terrorista Estado Islámico, que perpetraba de esta forma su primer gran atentado en una capital europea. El 22 de marzo de 2016 volvió a actuar en Bruselas, con una célula vinculada precisamente a los atentados de París, aunque los yihadistas también han tratado de dejar su sello con un atropello masivo en Niza -86 muertos-, el asesinato de dos policías en Magnanville y el de un cura en la región de Normandía.

En este último año, las autoridades han tratado de arrojar luz a unos ataques con múltiples ramificaciones y con raíces en Siria, de donde habrían partido las órdenes. El único terrorista superviviente del comando de París, Salah Abdeslam, fue detenido el 18 de marzo de este año en el barrio bruselense de Molenbeek, pero se niega a colaborar.

Los investigadores asumieron en un primer momento que el cerebro de los atentados había sido Abdelhamid Abaaoud, un belga de origen marroquí -como Abdeslam- que fue abatido el 18 de noviembre de 2015 durante una redada de las fuerzas de élite francesas en una vivienda de Saint-Denis. Sin embargo, Abaaoud habría quedado relegado a un papel menor. Abaaoud realizó al parecer tareas de coordinación, similares a las que se le atribuyen al último nombre que se ha sumado a la lista de implicados en la masacre de París: Oussama Atar. Desde Siria, habría realizado labores de organización, según fuentes citadas por el diario Le Monde.

Las investigaciones llevaban meses dando vueltas al nombre de Abou Ahmad, un apodo de guerra que figuraba vinculado tanto a los atentados de París como a los de Bruselas. Finalmente, se ha constatado que tras Abou Ahmad se ocultaba Atar, identificado mediante fotografías por uno de los terroristas enviados a Europa.

Una fuente cercana a la investigación ha aclarado que Atar tampoco sería el último en la cadena de mando. “Aunque haya pocas posibilidades de llevar ante la Justicia al cerebro (de los atentados), estaría bien saber su nombre”, reconoció Emmanuel Domenach, que estaba en la sala Bataclan cuando fue atacada. El jefe de los servicios de Inteligencia exterior, Bernard Bajolet, aseguró en mayo que ya se había identificado a todos los responsables de los atentados, aunque otra fuente descarta que se haya logrado desentrañar toda la cadena.

el miedo persiste A pie de calle, el recuerdo del 13-N sigue muy presente, tanto por el impacto que supuso y que aún persiste como por las consecuencias prácticas que ha acarreado. Hollande decretó tras los atentados un estado de emergencia que sigue vigente y dio marcha atrás a toda medida que supusiese un recorte de las fuerzas de seguridad.

Militares armados continúan patrullando algunas de las zonas más simbólicas y turísticas de París y se ha intensificado la vigilancia de los potenciales focos de radicalización. La comunidad musulmana, por su parte, ha denunciado una estigmatización frente a quienes vinculan islam y terrorismo. - E.P.

Sting en Bataclan. La sala de espectáculos parisina Bataclan reabrió ayer sus puertas con un concierto del cantante británico Sting. Fue él mismo quien se ofreció para tocar en la sala con capacidad para 1.500 personas. La pasada noche -bajo excepcionales medidas de seguridad- el recital se celebró con un público formado sobre todo por familiares de las víctimas de los ataques. También acudió como autoridad la ministra francesa de Cultura, Audrey Azoulay.

espectadores. El viernes por la noche los 80.000 espectadores que presenciaban el partido de fútbol Francia-Suecia en el Estadio de Francia guardaron un minuto de silencio por las víctimas de los atentados de París. En dicho estadio comenzó la acción yihadista aquella fatídica noche del 13 de noviembre de 2015.

Seguridad y libertad. En el terreno político, se ha disparado en Francia el debate sobre los límites entre la seguridad y la libertad. La derecha ha echado en cara al Gobierno galo su supuesta tibieza, mientras que los socialistas han agravado su división interna con medidas como la retirada de la nacionalidad para los condenados por terrorismo.