Roma - Decenas de miles de personas evacuadas pasaron la noche en instalaciones especialmente preparadas tras el fuerte terremoto, de magnitud 6,5 en la escala Richter, que ayer volvió a sacudir el centro de Italia. Cerca de 4.000 personas en Norcia, una de las localidades más golpeadas, reciben asistencia fuera de sus hogares y en la región de Las Marcas ya se cifra en, al menos, 25.000 las que han tenido que abandonar sus domicilios tras este seísmo, que no causó víctimas pero sí muchos daños en construcciones, y los precedentes.

El terremoto se registró a las 07.40 hora local a unos diez kilómetros de profundidad y el epicentro se situó próximo a los municipios de Norcia, Castelsantangelo su Nera, Preci y Visso, en una zona montañosa entre las regiones de Umbría y Las Marcas. No hubo víctimas, según confirmó el jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio, porque la mayoría de los habitantes de las localidades afectadas en el corazón de Italia fueron evacuados el pasado 26 de octubre, cuando varios seísmos -el mayor de magnitud 5,9- hicieron temblar la tierra. Hubo, sin embargo, una veintena de personas que han resultado heridas, “algunas pocas” revisten cierta gravedad, aunque la vida de ninguno de ellos corre peligro, dijo Curcio.

Algunos de estos heridos, según datos de Protección Civil, pertenecían al municipio de Norcia, en la región de Umbría, que ayer experimentó con especial intensidad las consecuencias de este nuevo sismo.

Tras el terremoto del 26 de octubre, la mayoría de los habitantes de esta localidad famosa por su patrimonio cultural y por su jamón se habían ido a campamentos y residencias habilitadas para acoger a los afectados. Sin embargo, otros pocos habían optado por permanecer en sus casas ya que no corrían peligro inicial de venirse abajo. Ayer, algunos de los que permanecían en sus hogares resultaron heridos cuando les sorprendió el seísmo, considerado el más potente desde 1980 por el Instituto Nacional de Geología y Vulcanología.

Es el caso de Noelia Eliza, de 89 años, que no presenta importantes heridas y que fue ayudada a salir de casa en Norcia porque cuando se produjo el terremoto se encontraba durmiendo.

Tampoco quiere abandonar su localidad Giancarlo, que contó que vive en Norcia desde niño y ha sufrido distintos terremotos. Entre ellos recuerda especialmente por su intensidad los sucedidos en 1979 y 1997. “No me voy de aquí, es una zona que por desgracia sufre muchos terremotos, pero es bellísima. Ni siquiera se me pasa por la cabeza dejarla”, dijo.

A ellos y a otros tantos que todavía duermen en sus coches o en sus tiendas de campaña se dirigió el jefe de Protección Civil cuando señaló que “el hecho de alejarse de la zona no implica no volver más, sino pasar la noche en unas condiciones objetivamente mejores”.

El seísmo se produjo cuatro días después de los terremotos del pasado 26 de octubre y dos meses más tarde del seísmo que el 24 de agosto devastó municipios como Amatrice y causó 297 muertos.

Norcia sintió los temblores de ambos episodios, sin embargo hasta ayer la mayoría de sus edificios parecían resistir.

Con los terremotos del 26 de octubre ya algunos edificios e iglesias sufrieron daños pero hoy muchos situados principalmente en el centro histórico se vinieron abajo, como la basílica de San Benedicto, de la que solo queda en pie su fachada. “El centro de Norcia es zona cero”, declaró el portavoz del cuerpo de Bomberos en el lugar, Luca Cari.

Renzi promete “reconstrucción” El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, por su parte, aseguró a los damnificados que el Gobierno “reconstruirá todos” los edificios e infraestructuras destrozadas.

Los vecinos de Norcia defienden la calidad de sus construcciones, a pesar de que ayer algunas se derrumbaron, porque, como dice Giancarlo, “han aguantado muchos movimientos” desde que se reedificaron con sistemas antisísmicos y sobre todo, “han evitado muertes”.

El terremoto de ayer se sintió en muchas ciudades del país, desde el norte hasta el sur, y en la capital la alcaldesa, Virginia Raggi, anunció que se cerrarán el lunes las escuelas para proceder a la verificación de eventuales daños sufridos por el terremoto.