el cairo - Los grupos armados opositores sirios anunciaron ayer que han conseguido romper el cerco impuesto por las fuerzas gubernamentales sobre los barrios rebeldes de la ciudad de Alepo, en el norte del país, informó la Coalición Nacional Siria. La principal agrupación opositora afirmó en su cuenta de la red social Twitter que, en los combates para levantar el sitio, han muerto decenas de soldados gubernamentales y combatientes del grupo chií libanés Hizbulá, que apoya a las tropas del régimen. Por su parte, el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, dijo a Efe que el cerco aún no ha sido levantado por completo, pero que los rebeldes están intentándolo de forma intensa.

El Ejército de Al Fatah y otras facciones lograron avanzar en la zona que conecta la Academia de Armamento, tomada ayer mismo, con el barrio de Sadkub y la rotonda de Al Ramuza, donde se reunieron con otros grupos opositores, detalló el Observatorio en un comunicado. Las facciones se acercan de esta forma a la mitad este de Alepo, pero no han podido aún abrir un corredor seguro para los civiles de acceso y salida de la zona bajo control insurgente, debido al intenso bombardeo de aviones del régimen y rusos.

Los opositores, entre los que está el Frente de la Conquista del Levante (antiguo Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda) y otras facciones islamistas, lanzaron una ofensiva hace días para romper el sitio sobre esa zona, aislada desde mediados de julio. El Ejército del presidente sirio, Bachar al Asad, tomó el pasado 17 de julio el control de la carretera de Castelo, la última gran vía de suministros y de escape de los barrios controlados por la oposición, imponiendo un cerco de facto sobre esa parte de la ciudad.

Ahora, las facciones opositoras intentan abrirse paso desde el suroeste de la ciudad, a través del barrio de Al Ramuza, para abrir una nueva vía de acceso al área, donde se calcula que hay entre 200.000 y 300.000 civiles. La ciudad de Alepo se la disputan las fuerzas de Damasco y los rebeldes desde verano de 2012. - Efe