Londres - Muchos especulan con la idea de que los europeos estarían considerando ofrecer al Reino Unido un freno a la libre circulación de personas que podrían permitir a Londres seguir teniendo acceso a parte del mercado único. Pero muchos creen que esto no sería suficiente para satisfacer al electorado británico que votó por salir fuera de la Unión Europea para poder controlar la inmigración.
Así, la principal incógnita pasa por saber qué tipo de acceso conseguirá el equipo de la primera ministra británica, Theresa May, al mercado único. Ya que, de no tener ningún acceso, podrían caer en tarifas un 10% más caras en ciertos artículos imprescindibles para el mercado británico, como los automóviles.
Oliver Letwin, el elegido por el ex primer ministro David Cameron para hacerse cargo de los preparativos de las negociaciones del Brexit y que apenas duró dos semanas en el cargo con la repentina llegada de May, cree que hay razones para ser optimistas, pues apunta a que el punto de partida de las negociaciones es más avanzado que cuando se comienza la negociación de cero de un Tratado de Libre Comercio.
“Por el momento, no hay aranceles. Por el momento, no hay un acceso completo al mercado único, por lo que estamos empezando desde una posición muy diferente a la de una persona desde el exterior”, comentó Letwin en una entrevista a la cadena de televisión ITV News. Así, resume como lo que están pidiendo es qué cantidad de las ventajas actuales pueden preservar mientras abandonan las cosas que el pueblo británico considera como desventajas. Lo cual, ve como “una conversación sensata”.
Ahora, su cartera la ocupa David Davis, un legislador firmemente euroescéptico de 67 años. Está convencido de que el riesgo de perder un socio clave para las exportaciones europeas, obligará a los líderes UE, como la canciller alemana, Angela Merkel, a aceptar un acuerdo de libre comercio con Reino Unido. “Una vez que las naciones europeas se den cuenta de que no vamos a ceder en el control de nuestras fronteras, ellos van a querer hablar, por su propio interés”, defiende Davis.
Con experiencia ante bruselas Esta no es la primera vez que el ministro lidie con Bruselas, así entre 1994 y 1997 trabajó en el Ministerio de Asuntos Exteriores británico como responsable de las negociaciones con Europa, reconociendo que es sabedor que sus compañeros le habían apodado “bastardo con encanto”. Davis es partidario de que el Reino Unido se tome su tiempo antes de desencadenar el proceso formal de activar el artículo 50 para dejar el bloque, si bien desde Francia y otros países europeos pide que sea de forma inmediata para evitar más repercusiones económicas negativas.
Mientras, desde Bruselas eligieron a Michel Barnier, como negociador de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Este francés, nacido en el mismo año que el proyecto europeo vio la luz, allá por el inicio de los años 50, entusiasta del consenso europeo, tendrá que lidiar con la euroescéptica Londres.
Barnier trabajó en el pasado como ministro para el gobierno francés, el Parlamento Europeo y la Comisión, hasta que la crisis financiera le apartó de la primera línea por sus reformas de las agencias de calificación de crédito y la prensa británica se atrevió a calificarle como “el hombre más peligroso de Europa”.
Con fama de pragmático, se sitúa en el centro derecha y viene de una familia modesta. Presume de haber sido elegido el diputado más joven de Francia con apenas 27 años y uno de sus mayores orgullos es haber organizado los Juegos Olímpicos de Invierno de 1992, en la ciudad de Albertville en la Saboya.
Desde el tabloide The Sun, piden a May que use el verano para encontrar la solución correcta para el Brexit y califican su actitud de las últimas semanas defendiendo ir con la “mente abierta” sobre qué tipo de relación desea Reino Unido con la UE como “honesta”.
“Ella es una persona que quiere ser guiada por las pruebas.No quiere simplemente coger el informe del Tesoro sobre las alternativas a la adhesión a la UE y elegir una”, comenta una fuente del número 10 de Downing Street, la residencia oficial de la primera ministra en Londres.
ser fieles a los resultados Según la prensa británica, muchos ministros del gabinete que hicieron campaña fuerte por la permanencia en la UE, tienen la sensación de que el acuerdo debe poner fin a la libre circulación porque sino sería darle la espalda a los resultados del referéndum. Ahora bien, dejan claro que eso no debe significar el fin de la inmigración de la UE al Reino Unido y apuntan a como las empresas tienen que ser capaces de contratar a las personas más brillantes de toda Europa y el mundo.
Por el momento, muchos intentan quitar hierro a las consecuencias económicas negativas del Brexit y defienden como las exportaciones de la UE son solo un mero 12% de la economía británica. Por lo que las empresas deberían buscar otro lugar para hacer comercio. Ahora mismo, las empresas británicas ganan 222.400 millones de libras por la venta de bienes y servicios a los países de la UE, cifra que equivale al 12,1% de la producción económica total. Sin embargo, la cantidad vendida a países fuera del bloque es mayor, situándose en cerca del 15,7% de la economía.