WASHINGTON. El suceso tuvo lugar en 1998, cuando Vásquez --a los 20 años de edad-- acudió a una fiesta junto a su amigo David Cárdenas, de 12 años. Ambos se emborracharon y drograron, según la Policía, que indica que posteriormente Vásquez golpeó al menor con un tubo, le cortó la garganta, se bebió su sangre.

Para ocultar su cadáver, le cortó los brazos y arrastró el cuerpo con la ayuda de su primo, Andy Chapa, de 15 años de edad, hasta la parte trasera de una vivienda de la ciudad de Donna, cerca de la frontera con México, donde le enterraron.

Tras huir a la ciudad de Houston y ser detenido, Vásquez admitió haber matado al menor y haberse bebido su sangre, porque "las voces del diablo" le pidieron que lo hiciese, según informan los medios estadounidenses.

Vásquez, de 38 años, ha sido finalmente ejecutado mediante inyección letal y declarado muerto a las 18.35 horas (hora local) en la prisión de Huntsville. Se trata de la sexta ejecución en el estado en lo que va de año y la número 537 desde que la Corte Suprema de Estados Unidos restableció la pena de muerte en 1976.