Beirut - La ONU recordó ayer que el ataque deliberado contra centros médicos constituye un crimen de guerra de acuerdo al derecho humanitario internacional, en referencia a los registrados el lunes contra cuatro hospitales en Siria y que causaron medio centenar de muertos. “El ataque intencionado y directo contra instalaciones médicas o lugares ocupados por enfermos y heridos, así como contra unidades médicas con el emblema de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, es un crimen de guerra en un conflicto armado”, señaló el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville.

“Todavía no está claro que haya sido intencionado, pero el enorme número de estos incidentes genera interrogantes sobre el fracaso de las partes del conflicto en Siria de respetar la protección especial que requieren los establecimientos médicos y su personal”, agregó. Aunque dijo que no se puede apuntar con certeza a la aviación siria o rusa, el portavoz recordó que “está claro que aviones sirios y rusos están muy activos y pedimos a los que lanzan bombas desde el cielo que tengan más cuidado porque el número de ataques contra civiles es astronómico”. “Todas las reglas y normas de conducta en una guerra han sido violadas en Siria... todo lo que uno puede imaginar se ha quebrantado”, denunció Colville.

Los ataques contra hospitales empezaron en 2012, un año después del levantamiento popular contra Bashar Al Asad y desde entonces 640 médicos, enfermeras y otros trabajadores sanitarios han sido asesinados, mientras que el 58% de hospitales y el 49% de centros de salud primaria del país han cerrado o funcionan parcialmente. Colville precisó que desde noviembre se observa un aumento, con nueve casos en total, de ataques contra recintos sanitarios, no sólo mediante bombardeos aéreos, sino también atentados con bombas o vehículos con explosivos. Esto -opinó- puede sugerir que existe una “táctica de guerra deliberada”.

Versión rusa Por su parte, el Kremlin negó que la aviación rusa bombardeara un hospital gestionado por Médicos sin Fronteras la provincia de Idlib y apuntó a la coalición internacional liderada por EEUU como responsable del ataque. “En este caso hay que fijarse en lo que dice la fuente primaria, que para nosotros son las autoridades sirias”, manifestó a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en alusión a las palabras del embajador sirio en Moscú, Riad Hadad, que acusó a la coalición internacional de perpetrar el ataque contra el hospital. Tanto la organización humanitaria internacional como el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos culparon a Rusia del ataque que causó al menos once muertos, según cifras actualizadas.

Asimismo, los coordinadores humanitarios de la ONU en Siria denunciaron ayer que decenas de miles de personas se han quedado sin atención sanitaria tras los ataques. En un comunicado conjunto, ambos responsables elevaron además a seis hospitales y un ambulatorio las instalaciones sanitarias dañadas parcialmente o destruidas por bombardeos en el norte y el sur del territorio sirio.

Destacaron que uno de los ataques tuvo como objetivo el único hospital en funcionamiento de la localidad de Azaz, en el norte de la provincia de septentrional de Alepo. Aparte de los bombardeos contra centros médicos, dos de los cuales recibían apoyo de la ONU, dos escuelas fueron blanco de ataques aéreos en el norte sirio. Como consecuencia, de las siete instalaciones sanitarias bombardeadas, ninguna está operativa y tres de ellas han cerrado de forma permanente. El texto subraya que en esos centros se pasaba una media de 23.000 consultas al mes y se practicaban unas 1.045 operaciones quirúrgicas y 550 partos. Los responsables advirtieron de que “la pérdida de estos servicios médicos, incluidos los quirúrgicos y reproductivos, tendrán un efecto impactante en comunidades vulnerables afectadas por el conflicto”. - Efe