Roma - El mal uso y despilfarro de dinero para caridad o de la gestión de bienes inmuebles son algunas de los prácticas económicas vaticanas que ayer comenzaron a conocerse en relación con las detenciones del sacerdote riojano Vallejo Balda y la italiana Francesca Chaouqui. Los autores de los libros Via Crucis, de Gianluigi Nuzzi, y Avarizia, de Emiliano Fittipaldi, empezaron a desvelar en las ediciones de ayer de los periódicos italianos en qué consisten los documentos reservados de las finanzas vaticanas a los que han tenido acceso.
La filtración de esos documentos condujo el pasado fin de semana a las detenciones de Vallejo Balda y la italiana Chaouqui, el primero de los cuales permanece detenido en el Vaticano.
En un artículo publicado ayer en el diario La Repubblica y en varias entrevistas, Fittipaldi explica cómo en 2010 la mayor parte del dinero que se recogió con el Óbolo de San Pedro, la institución que gestiona las obras de caridad del Papa, fue destinada a “gastos ordinarios y extraordinarios de dicasterios e instituciones de la Curia romana” y no a los más necesitados. “El fondo para las obras misioneras contaba con 139.000 euros, fruto de donaciones, pero en los últimos dos años sólo ha entregado 17.000 euros a las misiones”, escribe el autor.
El periodista del semanal L’Espresso, quien asegura que ha tenido acceso a cientos de fuentes y criticó el arresto de las dos personas por parte del Vaticano, explica también cómo de las cuentas de la Fundación Bambin Gesu, creada para ayudar al hospital pediátrico que gestiona el Vaticano, han salido los fondos para reformar el ático del exsecretario de Estado Tarciso Bertone tras su jubilación. Otro adelanto de Avaricia habla de cómo en el IOR, en el banco del Vaticano, existen aún decenas de cuentas corrientes “sospechosas”.
Patrimonio Inmobiliario También desvela cómo el patrimonio inmobiliario del Vaticano sólo en Roma es de unos 5.000 bienes, entre casas y locales, pero “ni ellos mismos saben cuántos son” debido a la falta de registros y cómo muchos son alquilados por pocos euros.
Todos estos datos los manejaban auditoras como Ernst & Young o PricewaterhouseCoopers a las que Francisco encargó elaborar informes sobre las finanzas del Vaticano y a las que tenían acceso los miembros de la Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA) de la que formaban parte Chaouqui y Vallejo Balda, asegura el autor.
Por su parte, Nuzzi, el periodista cuyo libro Su Santidad: los papeles secretos de Benedicto XVI desató el escándalo Vatileaks por la filtración de los documentos del papa Benedicto XVI y el arresto y condena de su mayordomo, Paolo Gabrielli, anuncia que publicará grabaciones de conversaciones privadas del papa Francisco.
“Si no sabemos guardar el dinero que se ve, cómo vamos a guardar las almas de los fieles que no se ven” o “Los gastos están fuera de control. Hay trampas...”, son algunas de las frases atribuidas a Francisco y de las que existen grabaciones, según el tercer libro sobre el Vaticano de Nuzzi.
Quiénes han sido los que han filtrado estas grabaciones y con qué objetivo es lo que ahora tendrá que seguir investigando el procurador (fiscal) del Vaticano, Gian Piero Milano. El libro de Fittipaldi comienza con la descripción de un almuerzo de dos monseñores en el que le cuentan todas estas cosas, y los medios italianos ya hablan de que no se puede descartar que haya más detenciones.
La otra detenida acusa a Vallejo Por ahora los dos detenidos son el sacerdote español y la ex relaciones públicas, quien acusó en una entrevista publicada ayer en el diario La Stampa que fue Vallejo Balda quien divulgó la información confidencial. “Todo lo hizo él (Vallejo), yo incluso intenté pararle”, afirma en la entrevista. “No tengo nada que ver con cuervos o topos, demostraré mi inocencia. Estoy tranquila, me siento bien con mi conciencia. He contado sólo la verdad a quien está investigando sobre la filtración de documentos en la Curia”, añadió Chaouqui. La exconsejera del COSEA quedó en libertad pero se encuentra a disposición del fiscal Milano, al haber colaborado, mientras que el sacerdote riojano se encuentra aún detenido.
En una nota de prensa divulgada el pasado lunes el Vaticano valoró ambos ejemplares como el “fruto de una grave traición de la confianza depositada por el papa Francisco, y en lo que a los autores respecta, de una operación para aprovecharse de un acto gravemente ilícito de entrega de documentación confidencial”. “Publicaciones de esta naturaleza no ayudan a establecer la claridad y la verdad de ningún modo, sino que generan confusión y conclusiones tendenciosas”, agregó en este sentido la Santa Sede. - Efe