El papa Francisco, que llegó hoy a EE.UU., justificó que no se viese con miembros de la disidencia durante su visita a Cuba porque no tenía previsto dar audiencias "a nadie", y deseó un acuerdo que "satisfaga a las partes" sobre el levantamiento del embargo a la isla.
Tras abandonar Cuba, en el avión que le llevaba de camino a EE.UU., el papa explicó que no tuvo conocimiento de que hubiera habido detenciones de disidentes que pretendieron mantener una reunión con él durante su visita a la isla, que hoy terminó en Santiago de Cuba (este).
"Lo que quiero decir es que no lo sé", reconoció el papa a los medios internacionales, entre ellos Efe, que iban en el avión en el que viajó desde Cuba a Estados Unidos, donde cumplirá la segunda parte de su décimo viaje internacional.
"No sé si estaban o no estaban", declaró después de recordar que saludó a mucha gente durante sus actos públicos en Cuba y de aludir a que si hubo en ellos algún disidente no lo supo realmente pues "ninguno se identificó".
"En la nunciatura primero estuvo bien claro que yo no iba a dar audiencias a nadie, porque se pidieron", admitió Francisco, quien explicó que pidió tener un encuentro con él "incluso algún jefe de Estado", cuya identidad no reveló.
Pero preguntado sobre si estaría dispuesto a reunirse con disidentes cubanos, el papa contestó: "a mí me gusta encontrarme con toda la gente, considero que primero toda persona es hijo de Dios y tiene derecho" a ello.
Al menos dos miembros de la disidencia cubana fueron detenidos cuando, según contaron, se dirigían a ver al papa después de haber sido invitados para encontrarse con el pontífice y el Vaticano confirmó que la Nunciatura en La Habana tuvo conversaciones telefónicas sobre este asunto.
Por otro lado, Francisco deseó que "llegue a buen término un acuerdo que satisfaga a las partes" sobre el levantamiento del embargo de Estados Unidos a Cuba.
El pontífice recordó a ese respecto que "papas anteriores han hablado", que hay una postura de la Santa Sede "respecto a los bloqueos" y que también la doctrina social de la Iglesia se refiere al asunto.
Confirmó que en el discurso que prevé pronunciar esta semana ante el Congreso de Estados Unidos, una primicia para un papa, abordará la cuestión, reconoció que tiene escrito el texto y dijo que está "pensando bien" lo que dirá, pero no quiso decir exactamente cómo lo hará.
Situó el contenido de lo que dirá en Washington sobre el embargo impuesto tras la victoria de la revolución cubana en 1959 dentro del contexto de "los acuerdos bilaterales o multinacionales, como signo que son de progreso en la convivencia".
Además, Francisco reveló que su encuentro del pasado domingo con el expresidente cubano Fidel Castro habló "mucho" de la encíclica papal "Laudato si", en la que el pontífice trata sobre el medio ambiente.
"Él está muy interesado en el tema de la ecología", explicó, "el encuentro no fue tan formal, sino espontáneo. Estaba también la familia presente ahí. Además mis acompañantes, mi chófer estaba ahí".
"Del pasado no hablamos. Bueno, sí del pasado, de cómo eran los jesuitas, de cómo lo hacían trabajar, de todo eso sí", dijo el papa argentino preguntado sobre si Fidel le había dado la sensación de que se arrepintiera de algo de lo que hizo en el pasado.
"El arrepentimiento es una cosa muy íntima. Una cosa de conciencia", agregó el papa.
El pontífice se reunió con el líder de la revolución cubana en el domicilio de este último en La Habana después del encuentro oficial que mantuvo con su hermano, el presidente Raúl Castro.
El papa Francisco terminó hoy una visita de cuatro días a Cuba, de la que salió con destino a Washington, donde permanecerá hasta el jueves para dirigirse luego a Nueva York, donde hablará ante la Asamblea General de Naciones Unidas, y a Filadelfia.