BRUSELAS. "Aceptar más refugiados no es el único, pero sí un importante gesto de solidaridad real. Una distribución justa de al menos 100.000 refugiados entre los Estados miembros es lo que, de hecho, necesitamos hoy", dijo con motivo de su entrevista con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán.

"Si los líderes no demuestran buena voluntad, la solidaridad se convertirá en un eslogan vacío y será reemplazado por el chantaje político, las divisiones y un nuevo juego de culpabilizar",

Por ello, hizo un llamamiento a todos los líderes europeos a "doblar sus esfuerzos cuando se refiere a la solidaridad con los socios que están haciendo frente a esta oleada migratoria sin precedentes".

El presidente del Consejo Europeo defendió la necesidad de que se combine "la solidaridad y la contención".

En presencia del jefe del Gobierno de Hungría, Tusk dijo comprender el por qué "no todo el mundo es un fan de las soluciones controvertidas propuestas por el primer ministro Orbán".

"Pero a la luz del número ingente y al alza de refugiados, los países europeos tienen que hacer más", dijo.

Tusk indicó que "los países europeos no van a cambiar sus políticas migratorias de la noche a la mañana", pero instó a aquellos Estados "que no están directamente afectados por la crisis y que han experimentado solidaridad de la UE en el pasado" a mostrar ahora su respaldo a "aquellos necesitados".

"Es realmente una paradoja que los grandes países en Europa como Italia y Alemania necesiten nuestra solidaridad, igual que Hungría", añadió también.

El presidente del Consejo Europeo subrayó que los "esfuerzos humanitarios para contener los flujos de migración requerirán un compromiso mucho mayor por parte de Europa, lo que significa un aumento mayor del gasto".

"Cuando hablamos de los nuevos centros de recepción, de una protección mayor de las fronteras y de la ayuda al desarrollo para los países fuera de la UE, se necesitará mucho más dinero", dijo Tusk, quien señaló que los líderes europeos tendrán que tomar una decisión al respecto, también en la cumbre europea de finales de octubre.

El exprimer ministro polaco defendió la construcción de centros de recepción para gestionar las peticiones de asilo "más cerca de las áreas de conflicto fuera de Europa, donde ya puede haber refugiados" y que estos sean "una manera de llegar a la Unión Europea para todos los demandantes de asilo".

Apuntó a la importancia de que la UE aumente su "asistencia" a aquellos países que hacen frontera con áreas de conflicto "asegurando la protección de aquellos que están en peligro" y apuntó en concreto a Turquía, Líbano, Jordania, Marruecos y otros socios en la región.

Tusk también defendió que "la cristiandad en la vida social y pública significa un deber para nuestros hermanos (que se encuentran) necesitados", en respuesta a las palabras de Orbán en un artículo publicado en el diario alemán "Frankfurt Allgemeine Zeitung" en el que sugiere que la cultura y valores cristianos de Europa están amenazados por la llegada de los refugiados.

"Referirse a la cristiandad hoy en migración debe significar en un primer lugar la disposición de mostrar solidaridad y sacrificio. Para un cristiano no debe importar qué raza, religión o nacionalidad tiene la persona necesitada", afirmó.