Bruselas/Atenas - Los socios y acreedores de Grecia y el Gobierno liderado por Alexis Tsipras dan los primeros pasos hacia la concesión de un tercer rescate al país, que se negociará a contrarreloj y rodeado por la incertidumbre sobre si el acuerdo alcanzado por ambas partes bastará para disipar la crisis griega. Mientras los países de la eurozona y las instituciones que eran conocidas como troika esperan la aprobación parlamentaria hoy de las últimas condiciones previas exigidas al Gobierno griego para iniciar las negociaciones de un tercer rescate al país, los contactos entre los expertos ya se han puesto en marcha. Por el momento, las conversaciones se mantienen a distancia, con una primera conferencia celebrada este domingo entre las dos partes para tratar de consensuar cómo va a desarrollarse el trabajo estas semanas, en las que la tríada de instituciones volverá a pisar suelo heleno.
La vuelta de los expertos del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea a Atenas es una más de las concesiones hechas por Tsipras en la eurocumbre del pasado 12 y 13 de julio, en la que se comprometió a “normalizar” los métodos de trabajo de las negociaciones. Su Gobierno, encabezado por el polémico exministro de Finanzas Yanis Varufakis, hizo de la “muerte” de la troika uno de sus caballos de batalla, al considerar que su presencia en los ministerios helenos y su estricto seguimiento de la actividad gubernamental era una injerencia en la soberanía del país.
El objetivo de ambas partes ahora es lograr un acuerdo antes de mediados de agosto, lo que es un reto “ambicioso”, como confiesan en privado fuentes comunitarias, que sin embargo se muestran confiadas de que el trabajo necesario pueda ser llevado adelante. Las fuentes recordaron que la eurocumbre culminó las negociaciones a alto nivel político y que ahora es el momento de los expertos y técnicos, por lo que si los eventos se mantienen dentro de las grandes líneas marcadas en ese encuentro se podría lograr a tiempo la firma del rescate y sus condiciones. Sin embargo, las dudas respecto a si un nuevo programa será realmente efectivo para pasar página prevalecen.
“Creo que una solución realmente necesita gestionar la gran cuestión, es decir, el alivio de la deuda. De otra manera, será una réplica de los programas previos con el problema de que esta vez habrá sido menos elaborado en Atenas”, apunta Silvia Merler, experta del centro de estudios Bruegel. “Queda por ver si este tercer paquete puede crear las condiciones que permitan a Grecia a crecer de nuevo”, afirma el director del centro de estudios CEPS, Daniel Gros, en un comentario, en el que advierte de que los mayores impedimentos pueden ser políticos. “El principal obstáculo para su aplicación podría ser en realidad un nuevo giro a la narrativa existente, a saber, que Grecia fue chantajeada por Alemania para que aceptase estas condiciones humillantes y contraproducentes”, recalca Gros.
Hoy el Parlamento heleno tiene que aprobar un segundo paquete de reformas exigidas por sus socios, con una Ley de Enjuiciamiento Civil y la trasposición de la directiva sobre reestructuración y resolución bancaria. El primer ministro heleno tendrá también que encontrar una nueva “narrativa”, en palabras de Gros, que justifique el giro de timón dado ante aquéllos que, siguiendo el consejo del Ejecutivo, rechazaron en el referéndum del 5 de julio unas propuestas anteriores de los acreedores menos estrictas.
“Creo que el acuerdo no es mejor que lo que podría haberse logrado semanas antes en términos de sustancia, y va a ser difícil justificarlo políticamente ante la gente que votó por el no en el referéndum”, explicó Merler.
Pese a que se logre un acuerdo, las consecuencias para la Unión Europea de las tensiones vividas en las últimas semanas son inciertas. “Se ha evitado una salida del euro de Grecia, pero creo que el hecho de que la idea de la salida temporal se pusiera de manera formal y explícita sobre la mesa de negociaciones podría habernos dañado en una manera que quizás es menos evidente de manera inmediata pero que puede tener efectos a largo plazo”, reflexiona Meyer.
reformas en la justicia y en los embargos Entretanto, el Gobierno griego afrontará hoy una nueva prueba de solidez en la votación en el Parlamento del segundo paquete de reformas acordadas con la eurozona, que ha generado disidencias en el seno de su propio partido, el izquierdista Syriza. El proyecto de ley, que incluye la reforma del código civil y la incorporación a la legislación griega de la directiva europa sobre saneamiento de bancos, fue presentado ayer en la Cámara y está previsto que se vote en el Pleno de esta noche.
Los cambios en el código civil persiguen acelerar los procesos judiciales y reducir sus costes. La medida más polémica, que ha provocado la reacción de abogados y jueces, es la eliminación de los testigos en los juicios civiles, de modo que los jueces deberán examinar los casos solo en base a los documentos que presenten las partes implicadas.
Otro punto es la introducción de medidas que facilitan las subastas de viviendas cuando el banco las embarga por impago de la hipoteca. El precio del que partirá la subasta será el valor en el mercado del inmueble en el momento del embargo y no su valor objetivo, que lo fija el Ministerio de Finanzas para calcular los impuestos correspondientes a cada propiedad. A juicio de las asociaciones de abogados, este cambio facilitará las subastas porque los precios en el mercado inmobiliario se han reducido sensiblemente en los últimos años debido a la crisis.
Esta reforma del código civil ya fue propuesta por los acreedores al anterior Gobierno del conservador Andonis Samarás, pero éste no llegó a llevarla al Parlamento por la convocatoria anticipada de elecciones.
saneamiento bancario Por otro lado, la directiva europea sobre el saneamiento de los bancos, es la que prevé que si un banco necesita fondos para su recapitalización, primero debe dirigirse a los accionistas para hacerse con capital. Si la aportación de éstos no es suficiente, se recurre a los poseedores de bonos de la entidad y en último término, se procede a la quita de los depósitos, de ahí que la directiva garantice los depósitos bancarios de hasta 100.000 euros en tal caso.
Grecia está bajo un control de capitales desde el 29 de junio, y si bien los bancos abrieron después de tres semanas de cierre, las restricciones a las transacciones, sobre todo hacia el extranjero, aún se mantienen de forma amplia.
El acuerdo logrado con los socios europeos en la cumbre del pasado 12 y 13 de julio ha provocado una gran convulsión en las filas de Syriza, que ya mostró su desacuerdo en la última votación, cuando 39 diputados no respaldaron las medidas.
Como reconoció el ministro del Interior, Nikos Vutsis, tras la primera votación, para el Gobierno es crucial obtener al menos 120 votos de los 162 diputados que tiene la coalición gubernamental, formada por Syriza y el partido nacionalista de derecha Griegos Independientes.
Los acreedores han puesto como condición imprescindible para el inicio de las conversaciones sobre un tercer rescate que el Parlamento heleno legisle sobre estas cuestiones.
La portavoz del Gobierno, Olga Yerovasili, afirmó ayer que tras la aprobación de las primeras reformas y las previstas para hoy, se iniciarán los contactos. “Inmediatamente tras la aprobación de estos requisitos, se iniciará la negociación con las instituciones, que debe concluir antes del 20 de agosto”, dijo Yerovasili en un comunicado.
El Ejecutivo se ha fijado el 20 de agosto como fecha límite para alcanzar un acuerdo -un calendario que fuentes comunitarias han calificado como “ambicioso”- porque ese día debe devolver 3.200 millones por los bonos del BCE y pagar otros 194 millones en intereses. Grecia recibió el lunes un crédito de emergencia de la UE por valor de 7.160 millones de euros, que se usó para devolver un pago por los bonos del BCE y saldar la deuda pendiente con el FMI. Pero el dinero restante solo se puede usar para pagos urgentes y, en todo caso, es insuficiente para hacer frente a los nuevos vencimientos que enfrenta a mediados de agosto.