washington - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió ayer al Congreso estadounidense que evalúe el acuerdo alcanzado con Irán sobre su programa nuclear “basándose en los hechos y no en la política”. En una rueda de prensa ofrecida en la Casa Blanca, el presidente estadounidense subrayó que todos los expertos coinciden en que gracias al acuerdo con Irán, las autoridades de ese país no lograrán desarrollar un arma nuclear. “Mi esperanza es que todos en el Congreso evalúen este acuerdo basándose en los hechos, no en la política, no en las apariencias basadas en las presiones, sino en los verdaderos intereses de Estados Unidos. Basado en eso, la mayoría del Congreso debería respaldar este acuerdo”, aseveró el mandatario.
Obama reconoció que no espera que la oposición republicana lo haga; sin embargo sí dijo esperar un “debate basado en los hechos y no en la especulación”. El presidente reconoció que hay “reales y legítimas preocupaciones” entre los legisladores, así como las expresadas por el Gobierno de Israel, uno de los grandes opositores al acuerdo. “Hay muy buenas razones para que los israelíes estén nerviosos por la posición de Irán en el mundo, pero también digo que todas esas amenazas se agravarían si Irán logra un arma nuclear”, afirmó.
Pese a reconocer las preocupaciones de los más escépticos sobre el acuerdo, Obama insistió en que de todos modos “nadie ha presentado una alternativa” para el asunto. “Se escuchan muchos argumentos sobre que el acuerdo es históricamente malo, pero lo que no he oído es cuál es su alternativa mientras el 99% de la comunidad internacional asegura que esto evitará que Irán logre un arma nuclear”, añadió.
El Congreso de Estados Unidos tiene desde ahora 30 días de sesión -unos 60 con el receso de verano- para evaluar el contenido del acuerdo y votar a favor o en contra del mismo, pero necesitaría de una supermayoría de dos tercios para evitar que Obama vete su bloqueo.
relaciones con teherán Obama aseguró que este acuerdo permitirá al Gobierno estadounidense incentivar cambios en el comportamiento de Teherán, aunque reconoció que no supondrá una normalización de las relaciones entre Washington e Irán, con quien EEUU mantiene “profundas diferencias”, dijo. “Podemos continuar las conversaciones con Irán que les incentiven a comportarse de un modo diferente en la región, ser menos hostiles y más cooperativos, pero no contamos con ello”, aseveró el mandatario. “Este acuerdo no contempla un cambio en el comportamiento de Irán, a diferencia de la situación con Cuba, no normalizamos las relaciones diplomáticas con ellos”, agregó el presidente.
El presidente estadounidense reconoció que Teherán aún representa “numerosos retos” para Estados Unidos y la comunidad internacional, como su apoyo a organizaciones terroristas, pero aseguró que a esos asuntos se deben enfrentar independientemente del acuerdo anunciado el martes. “No porque este acuerdo no resuelva todos los problemas hay que rechazarlo, no tiene sentido, no tiene lógica. Porque sí que cumple nuestra primera prioridad”, insistió.
En este sentido, defendió que el acuerdo puede ser “una oportunidad histórica para un mundo más seguro”. El mandatario advirtió de que “sin un acuerdo, el régimen internacional de sanciones se deshará, con poca capacidad de volver a imponerlas”.
“Sin un acuerdo, nos arriesgamos a todavía más guerra en Oriente Medio, y otros países en la región se sentirían forzados a desarrollar sus propios programas nucleares, amenazando con desatar una carrera de armas nucleares en la región más volátil del mundo”, añadió. - Efe