pamplona - Hay un proverbio chino que dice: “Si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona ocupada”. Quizás esa cita responda al carácter meticuloso, trabajador y reservado que tradicionalmente se atribuye a la cultura china. Lo que está claro es que silenciosamente y por la puerta de atrás, sin grandes estridencias, el gigante asiático se ha colado en la élite mundial con un potencial enorme, casi ilimitado, porque como ellos mismos dicen “todos los ríos van al mar, pero el mar no se desborda”. Andrés Herrera presenta su obra España y China (1973-2005). Del reconocimiento diplomático a la Alianza Estratégica. Sin duda, es hora de poner punto y final a los cuentos chinos.
Habitualmente se habla del despertar del dragón asiático, ¿se ha despertado o todavía sigue dormido?
-Es un tópico. China no es un país desarrollado, no es de altos ingresos. ¿Es una potencia económica? Desde luego regional sí, global está por ver, aspira a recuperar su papel en la historia. Hay un estudio que indica que hasta comienzos del siglo XIX el país que generaba más PIB era China. La nación ha sacado a 500 millones de personas de la pobreza pero aún hay 400 millones de pobres.
¿Cuánto queda de régimen comunista en China?
-Ningún estado puede ser comunista por definición, no lo era la URSS ni Polonia, eran socialistas, comunismo es lenguaje de guerra fría. La pregunta que yo hago es: ¿el capitalismo podría sacar a 500 millones de personas de la pobreza en un plazo histórico? Ese es el objeto de debate. Lo que sí es cierto es que la brecha entre ricos y pobres en la China actual es mayor que en la época maoísta, es un tema que le falta recorrido.
¿Qué le falta a China para ser una democracia liberal?
-Esto ahora mismo no entra en la ecuación china. Aquí entendemos democracia como votar cada 4 años y en España hay una democracia muy erosionada. Elecciones cada 4 años no entra en su agenda. Hay un cuentecillo en el que muchos estados creen que es: vamos a desarrollar a China para que se creen clases medias y esto conduzca a la democracia. No tiene por qué ser así, en el caso chino más democracia no significa más estabilidad.
Páginas webs cerradas, periodistas encarcelados... La sensación es que China crece más rápido económicamente que socialmente
-La libertad individual ha crecido respecto a los años 60, no es una sociedad vigilada como lo era la URSS, el margen de la oposición es mucho más amplio. La línea roja sería criticar el liderazgo del Partido Comunista, no conviene ser excesivamente sensacionalista. Un error es ver cada dirigente y cada etapa china como un fotograma de una misma película, igual si que son fotogramas pero con su personalidad.
En pocas palabras, ¿cómo son las relaciones entre España y China?
-Es una relación desenfocada, son cordiales en lo político, como dos vecinos de la escalera que no nos conocemos pero nos saludamos en el ascensor. Asia es un teatro central y España no ejerce influencia ni cultural ni económica.
Afirma que hay un déficit comercial Madrid-Beijing
-Sí, existe, solo tienes que ver la balanza de pagos, el gran reto de la política española es intentar compensar el abultado déficit comercial con China. Hacer negocios en China supone un esfuerzo que ni el Estado ni el empresario español hace.
¿Occidente ve a China como una oportunidad o como una amenaza?
-Es una pregunta interesante, hay países que tienen una larga tradición con China y lo ven como una oportunidad ya que hay muchas corporaciones occidentales ahí, pero no se puede hablar de la Unión Europea ya que los países miembros juegan cada uno su partida. Es una amenaza en el sentido de que están creando marcas propias, pero en eso consiste el capitalismo, ¿no?, en competir.
El PIB de China subió en el primer trimestre un 7% su menor incremento en 6 años. ¿Hay un agotamiento del modelo chino?
-El anterior secretario del Partido Comunista ya advirtió de que esto pasaría, es normal en todas las economías. Por ejemplo, en Guangdong la zona más desarrollada de China con 100 millones de habitantes y un PIB como el de España, hay una región que crece al 15%. Es cierto, la economía China se ralentiza pero la experiencia dice que no se puede predecir. Su economía obedece a una vieja metáfora del pájaro enjaulado, la jaula sería la economía planificada y el pájaro sería la libre. El Estado tiene un gran plan y ahí dentro te puedes mover y de momento les ha ido bien.
¿Ahora han hecho la jaula más grande para que el pájaro se pueda mover o han abierto la jaula y el pájaro se ha escapado?
-Yo creo que no han abierto la jaula, las grandes corporaciones chinas siguen estando vinculadas al Estado, ahora bien, es inevitable que se generen intereses que no tienen por qué coincidir con los del Estado y eso es a lo que estamos asistiendo ahora pero no sabemos cómo va a acabar.
¿Al incrementarse el PIB per cápita es posible que se centren más en el mercado interno?
-Ese es el objetivo del Gobierno chino. Hu Jintao advirtió de la ralentización del modelo basado en exportaciones que protagonizaba el crecimiento y aseguró que eso tenía que cambiar. Había que pasar del made in China al design in China. La Barbie se diseña en Estados Unidos se produce en China y se vende en Estados Unidos, ¿dónde se queda el valor añadido? En Estados Unidos. China es la fábrica del mundo, y sí, China contamina pero igual los titulares de las empresas son europeos o americanos.
Por tanto, ¿China va a cambiar su modelo productivo?
-Sí, hay un cambio de modelo donde se está apostando por la tecnología propia y construir grandes marcas. Primero fue un proceso de fusión de las empresas estatales, después compraron marcas conocidas y de ahí han creado marcas chinas. Sí, estamos asistiendo a este cambio de modelo donde se busca no depender tanto de la exportación en manos de otros.
Los chinos comienzan a viajar, a disponer de más dinero, tienen gustos más caros... ¿la mejora social y el aperturismo no se puede volver contra el régimen del Partido Comunista?
-Todas las marcas y el lujo que los chinos encuentran en el extranjero también están en su país. Los estándares de vida en Beijing o Shangai son de ciudades internacionales. Hay que ver las prioridades de los chinos, el gran handicap que tienen los defensores del modelo de cambio chino es que el Partido Comunista tiene una gran popularidad y, actualmente, su máximo dirigente con la campaña contra la corrupción es el político más popular del país. En China hay manifestaciones y hay problemas internos, pero de ahí a que haya una oposición que se plantee organizadamente derrotar al Partido Comunista va un abismo.