kiev - La alta tensión se mantiene en el frente del este de Ucrania, donde el Gobierno de Kiev acusa a los rebeldes prorrusos de lanzar una ofensiva final para modificar la línea de separación de fuerzas antes de la entrada en vigor mañana del alto el fuego. “A día de hoy, teniendo sobre la mesa el acuerdo sobre el alto el fuego a partir de las 00.00 horas del sábado al domingo, los terroristas y las tropas rusas han recibido la orden de izar la bandera en Debaltsevo y Mariupol”, afirmó Piotr Mejed, viceministro de Defensa ucraniano.
Los milicianos rebeldes estrecharon ayer el cerco en torno a Debaltsevo, estratégico nudo ferroviario entre Donetsk y Lugansk defendido desde enero por varios miles de soldados ucranianos, al hacerse con el control de la localidad de Lobninovo. De esta forma, bloquearon la carretera que sirve de vía de entrada de pertrechos y suministros para las fuerzas gubernamentales, “desmoralizadas” y presas del pánico, según los separatistas.
Aunque el mando militar ucraniano niega que sus tropas estén sitiadas, los separatistas prorrusos aseguran que el cerco es completo y han recomendado a los soldados ucranianos que “depongan las armas y se vayan a casa”, o de lo contrario serán liquidados. “Estamos dispuestos a organizar una salida del cerco de Debaltsevo. Lamentablemente, Kiev sacrifica a los soldados en aras de sus ambiciones”, dijo Eduard Basurin, subjefe del Estado Mayor de la autoproclamada república popular de Donetsk.
En su opinión, que fue secundada por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en Debaltsevo existe el riesgo de que se viole lo acordado esta semana en la cumbre de Minsk entre los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia. “Las formaciones armadas ucranianas que se encuentran sitiadas en esa olla incluso después de la entrada en vigor del alto el fuego, naturalmente, intentarán romper el cerco, lo que supondría una violación de la tregua. Potencialmente, existe ese peligro”, comentó Peskov.
En cambio, la respuesta del mando militar ucraniano fue rotunda: las fuerzas gubernamentales no abandonarán en ningún caso sus posiciones en Debaltsevo. “Todos los intentos del enemigo de tomar nuevas posiciones y modificar la actual línea de separación en su beneficio recibirán la debida respuesta de los militares ucranianos”, aseguró un portavoz castrense ucraniano.
El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania recordó que el jueves en Minsk se acordó que los milicianos se replegarían hasta la línea de separación acordada el 19 de septiembre de 2014 en el Memorándum de Paz, por lo que Debaltsevo debe permanecer bajo control de Kiev. Y resaltó que, dos días después de la entrada en vigor del alto el fuego, que será supervisado por la OSCE pero también por militares rusos y ucranianos, debe retirarse el armamento pesado de la zona desmilitarizada de 50 kilómetros de profundidad.
Mientras, cerca de la ciudad de Mariupol, puerto del mar de Azov controlado por las fuerzas gubernamentales y situado a varias decenas de kilómetros de la frontera rusa, había estallado una auténtica batalla por el control de la localidad de Shirokino.