Islamabad. Los cortes afectaron principalmente a las provincias de Punyab, Baluchistán y Sindh, esta última donde se encuentra la mayor ciudad paquistaní, Karachi, y se produjeron tras el gran apagón que el fin de semana dejó sin electricidad al 80 % del país, explicó un portavoz de la compañía suministradora Qesco, Waheed Murad.

La falta de suministro de gas en la central de Guddu, en el sur del país, originó el apagado automático de 11 de sus 17 unidades de generación eléctrica, lo que dejó sin suministro durante la pasada noche a amplias zonas de esas tres provincias del este y sur del país.

La corriente eléctrica se fue recuperando en las últimas horas, aunque con menor potencia de la habitual en la red.

La demanda de electricidad en Baluchistán es de unos 1.650 megavatios, mientras que el suministro actual solo alcanza los 170, dijo el portavoz de la empresa.

Un fallo en el sistema dejó en la medianoche del sábado al domingo la mayor parte de Pakistán a oscuras, en un país con unos 182 millones de habitantes.

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ordenó entonces medidas para resolver la emergencia.

La demanda de electricidad en Pakistán ha aumentado en pleno invierno hasta los 14.000 megavatios, al tiempo que la producción se ha reducido hasta los 7.000 en las últimas semanas, en medio de una crisis de suministro de combustible que obligó a cerrar a muchas gasolineras.

La crisis comenzó tras un incremento en la demanda de carburantes después de la bajada de precios decretada a principios de año por el Gobierno, que culpó a empresas petroleras de no contar con las existencias mínimas requeridas legalmente para abastecer al país durante veinte días, aunque las compañías negaron este extremo.

El 1 de enero entraron en vigor en Pakistán los nuevos precios de los carburantes, como parte de las medidas del Ejecutivo de Sharif para abaratar el coste de la vida.