ATENAS. El izquierdista Alexis Tsipras contará con un equipo formado por un viceprimer ministro, trece ministros -tres de ellos sin cartera- y 26 viceministros y ministros adjuntos, aunque entre los titulares no habrá ninguna mujer.
El Gobierno de Andonis Samarás tenía 19 ministros, uno de ellos sin cartera, y 22 viceministros y ministros adjuntos. Sí contaba, en cambio, con una mujer en su equipo ministerial.
Lo más llamativo del nuevo Gobierno es la creación de cuatro ministerios con superestructuras de competencias múltiples y el nombramiento de un viceprimer ministro que, si bien no lo lleva formalmente en su nombre, estará centrado en supervisar todo el trabajo económico.
Se trata del diputado y economista Yanis Dragasakis, el único de todo el equipo ministerial con alguna experiencia de Gobierno -en 1990 fue viceministro de Economía durante un breve periodo de cinco meses- y uno de los arquitectos del programa económico de Syriza.
Dragasakis formuló junto al nuevo ministro de Fomento, Yorgos Stathakis, el denominado "Programa de Salónica", un compendio de medidas para hacer frente a la crisis humanitaria y reactivar la economía, que fue determinante para la victoria del partido izquierdista en las elecciones del pasado domingo.
Uno de las figuras que más relevancia tendrá en los próximos meses será el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, un economista reconocido, que asumirá un papel protagonista durante las complicadas negociaciones con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
Varufakis, quien nunca antes había sido diputado del Parlamento, es el candidato, de entre todos los partidos, que mayor número de votos consiguió en los comicios generales.
El tercer pilar económico lo constituye Stathakis, que es junto a Dragasakis uno de los hombres del entorno más cercano a Tsipras.
Dragasakis asume Economía, Infraestructura, Marina y Turismo, uno de los cuatro superministerios de competencias múltiples, en las que se incluyen Fomento, Transporte y Competitividad.
Será, por tanto, quien deberá sentar buena parte de las bases para la recuperación económica y reformular el programa de privatizaciones, que Syriza no quiere mantener en los términos acordados con la troika por el anterior Gobierno griego.
Relevante en las próximas semanas será también el ministro de Trabajo, cargo que asumirá el hasta ahora portavoz de Syriza, Panos Skurletis.
Una de las primeras medidas que se prevé apruebe el nuevo Gobierno -mañana se celebra el primer Consejo de Ministros- será el restablecimiento del salario mínimo en 751 euros, frente a los 586 euros que rigen ahora.
El próximo día 5 se constituirá el nuevo Parlamento, por lo que previsiblemente las primeras legislaciones serán poco después.
El hasta ahora portavoz del grupo parlamentario de Syriza, Nikos Vutsis, asumirá otro de los macroministerios, el que engloba Interior, Reforma Administrativa, Gobierno Electrónico, Orden Público y Macedonia y Tracia.
Sus tareas abarcarán, por un lado, la modernización de la Administración Pública -Syriza pretende hacer una distribución radical de la función pública, sin desmantelar empleo- y, por el otro, garantizar la seguridad ciudadana.
El único representante del ala izquierda de Syriza dentro del equipo de ministros es Panayotis Lafazanis, titular del cuarto gran ministerio, el de Reconstrucción Productiva, Medio Ambiente y Energía, que abarca además las áreas de Agricultura y Alimentación.
La cartera de Exteriores la ocupará Nikos Kotziás, un economista que fue consejero del primer ministro socialdemócrata Yorgos Papandreu y que en los últimos años ha estado bastante alejado de la política.
La "cara" del pequeño socio de la coalición, el partido de derecha nacionalista Griegos Independientes, la pone el líder de la formación, Panos Kamenos, que asume Defensa, cartera de inmensa importancia en un país con un eterno problema de fronteras con Turquía.
La nueva imagen del Gobierno queda especialmente reflejada en el nombre que recibirá el ministerio de Justicia, que pasa a denominarse de Justicia y Transparencia, y el hecho de que uno de los tres ministros sin cartera tenga la tarea exclusiva de combatir la corrupción.
También el juramento se ha diferenciado de lo que ha visto Grecia hasta ahora: solo Panos Kamenos, el ministro conservador, ha utilizado el rito religioso pues el resto han optado por el civil.