roma - Las autoridades italianas se hicieron cargo la pasada madrugada del viernes de un total de alrededor de 450 inmigrantes que desembarcaron del mercante Ezadeen en el puerto de Corigliano Calabro (sur), desde donde fueron distribuidos a centros asistenciales de la zona.

El carguero, matriculado en Sierra Leona, fue hallado a 40 millas (70 kilómetros) del Cabo de Leuca (Lecce, sur de Italia). Había sido abandonado por su tripulación y fue localizado a la deriva por la llamada de auxilio de una mujer, que alertó a las autoridades italianas de que se encontraban solos. El carguero ya navegaba a la deriva en aguas del mar Jónico y seis miembros de la Guardia Costiera fueron los que tomaron el control del buque.

Así, y debido a la ausencia de los tripulantes, las operaciones de desembarco se complicaron por el hecho de que la maquinaria del barco, sin electricidad, había resultado dañada, según explicaron fuentes de la Capitanía del puerto. El desembarco de los inmigrantes - la mayoría de origen sirio- estaba previsto para la noche del jueves, pero se retrasó debido a problemas técnicos para el atraque del buque, abandonado en alta mar y que no pudo maniobrar por sí solo.

Los inmigrantes fueron distribuidos en centros de asistencia y de acogida de la provincia y no hay casos graves de salud entre los desembarcados y las autoridades italianas han asumido la investigación del caso para averiguar las circunstancias en las que los inmigrantes embarcaron y cuándo y cómo el Ezadeen fue abandonado en alta mar.

el negocio de la inmigración Entre 3.300 y 6.600 euros es lo que cada uno de los inmigrantes que viajaban en el Ezadeen pagaron a quienes se encargaban del transporte por asegurarse un puesto en un barco que después sería abandonado en alta mar sin llegar al destino prometido.

Las redes de tráfico de inmigrantes muestran en las últimas semanas el que es el nuevo modus operandi de estas mafias que se lucran de las ansias de los expatriados por alcanzar un nuevo país y una nueva vida. La actuación por parte de la mafia consiste en reclutar inmigrantes dispuestos a viajar en la nave en cuestión a cambio de una cantidad de dinero por la que los tripulantes obtienen beneficio. Ya en alta mar, se abandona la nave. Según manifestó a la agencia italiana AdnKronos el almirante Giovanni Pettorino, los traficantes “comprarían naves al límite de operatividad por 100.000 o 150.000 dólares, que después llenan de personas, sobre todo sirias, a las que piden hasta 6.000 dólares (unos 5.000 euros) por subir a bordo. Los traficantes llegan a ganar hasta cinco millones por cada viaje, así que no tienen ningún problema en abandonar el barco, vistos los márgenes de beneficio”.

De hecho, el abandono del Ezadeen se trata del segundo caso en tres días y el tercero en un par de semanas. Ya el miércoles el Blue Sky, de bandera moldava, llegó al puerto italiano de Gallipolli después de que los inmigrantes lanzaran una llamada de auxilio porque la nave se encontraba abandonada y el motor estaba bloqueado.

Según afirmó el portavoz de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), Joel Millman, en un caso como el del Blue Sky los responsables “han conseguido más de un millón de dólares por un solo viaje” por lo que las redes de tráfico pueden permitirse “pagar a una tripulación, costear su evacuación y pagar sobornos que podrían ser útiles para una próxima operación”, sentenció. - DNA/Efe