Seúl - El líder norcoreano, Kim Jong-un, tendió ayer la mano a la vecina Corea del Sur en su discurso de Año Nuevo, gesto recibido con una mezcla de optimismo y cautela en Seúl. En su discurso de Año Nuevo emitido por la televisión estatal, Kim dijo estar dispuesto a celebrar una cumbre con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, siempre que el clima diplomático sea propicio.

“Dependiendo de los ánimos y las circunstancias que se creen, no hay razón para no mantener conversaciones del más alto nivel”, explicó el líder del régimen Juche. Esta ha sido la primera vez que Kim ha hablado de celebrar un encuentro entre los líderes de las dos Coreas, las cuales siguen técnicamente en guerra, ya que el conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953 se cerró con un armisticio en vez de un tratado de paz. Kim insistió en la necesidad de un “gran cambio” en las relaciones Norte-Sur, y señaló que Pyongyang hará “todos los esfuerzos posibles” para mejorar el diálogo y la cooperación con Seúl.

“El Gobierno considera significativo que Kim mostrara una actitud positiva hacia el diálogo Sur-Norte en su discurso de Año Nuevo”, respondió en un comunicado el ministro de Unificación surcoreano, Ryoo Kihl-jae. Este recalcó que Seúl y Pyongyang necesitan llevar a cabo encuentros “francos y sustanciales” para acercar posturas encontradas.

“Con esa idea en mente, nuestro Gobierno tiene esperanza en el diálogo entre autoridades surcoreanas y norcoreanas en el futuro sin poner límites concretos en cuanto al formato de dichos encuentros”, concluyó el ministro de Unificación surcoreano. En cuanto a los medios y analistas en Seúl, la mayoría recibieron el mensaje con un optimismo moderado. Los antecedentes del régimen de Pyongyang, conocido por su carácter voluble e impredecible en materia diplomática, así como la larga serie de diferencias que actualmente dividen a los dos Gobiernos, parecen justificar la tibieza con la que se interpretó el discurso en la capital surcoreana.

Propuesta Un comité para la reunificación del Gobierno del Sur ya propuso esta misma semana un encuentro entre ministros de las dos Coreas en enero para acercar posturas en temas como las reuniones de familias separadas por la Guerra de Corea. A su vez, la presidenta Park urgió en la víspera, también en su discurso para despedir el año y dar la bienvenida a 2015, a “poner fin a la Guerra Fría en la península coreana”.

Corea del Sur espera progresos significativos en su relación con el Norte en el recién iniciado 2015, año en el que se cumple el 70 aniversario del fin del dominio colonial (1910-1945) de Japón sobre la península coreana. “Por ello, existe la posibilidad de que los dos lados rompan el actual estancamiento diplomático mostrando una actitud más flexible”, explicó en declaraciones a la agencia Yonhap el profesor Yang Moo-jin, de la Universidad de Estudios Norcoreanos de Seúl. Sin embargo, que se logren avances significativos este año resulta incierto por las severas diferencias entre ambas partes. - Efe