Belfast - Los cinco partidos del Gobierno de Irlanda del Norte apuraban ayer las últimas horas del plazo que se habían marcado para cerrar con Londres un plan económico a largo plazo del que depende también el desbloqueo de diversos flecos pendientes del proceso de paz. Las partes se mostraron optimistas durante la jornada sobre la posibilidad de firmar “en el último minuto” un acuerdo que podría desbloquear la aplicación de recortes en algunas áreas del presupuesto norirlandés, marcar una hoja de ruta para reactivar la economía a diez años vista y limar asperezas en algunos de los temas políticos que todavía generan disturbios. Las formaciones de un Ejecutivo que integra, entre otros, al republicano Sinn Féin y el conservador Partido Democrático Unionista (DUP), acordaron tras un diálogo de once semanas pedir a la administración del Reino Unido 2.500 millones de euros en fondos directos y préstamos para la próxima década. La representante del Gobierno británico en la mesa de negociaciones, la ministra para Irlanda del Norte Theresa Villiers, señaló que Westminster está siendo “generoso y positivo” en lo financiero, si bien recalcó que cualquier acuerdo económico está condicionado a que los partidos encuentren un denominador común en torno a diversas cuestiones políticas conflictivas. El plazo para ponerse de acuerdo concluía anoche se llegase a un acuerdo o no, por lo que el ministro principal norirlandés, Peter Robinson, describió las reuniones durante la tarde, visiblemente cansado, como una “maratón”. En estas intrincadas negociaciones, los desencuentros sobre el proceso de paz entre los norirlandeses se entremezclaban con el tira y afloja económico con Londres, que exige reformas en la administración norirlandesa a cambio de mayor apoyo económico. El izquierdista Sinn Féin, es reacio a aplicar los recortes presupuestarios en los servicios sociales que ordena Londres, lo que ha dificultado la toma de decisiones en el Ejecutivo norirlandés de poder compartido.
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