PEKÍN. Según informó hoy el diario oficial Global Times, más de 200 personas, entre ellas el abuelo del menor, suscribieron esta iniciativa para la expulsión del niño, que justifican como una medida para "proteger la salud de los vecinos".
El menor fue rechazado anteriormente en las escuelas locales por su condición -algo que prohíben las leyes chinas- y, además, sufre el rechazo de muchos de sus vecinos, que evitan el contacto con él desde que saben que es portador del virus que provoca el sida, añadió el rotativo.
El niño descubrió que era seropositivo en 2011, cuando fue al médico a curarse unas pequeñas heridas.
"Aunque los vecinos empatizan con él, el VIH y el sida nos asustan. Esperamos que alguna organización especial pueda cuidar de él", dijo al oficial Diario del Pueblo el dirigente del Partido Comunista en Shufangya, Wang Yishu.
Sin embargo, las autoridades de la municipalidad de Liqiao, a la que pertenece Shufangya, recordaron que los vecinos no pueden votar la expulsión del menor y que éste tiene los mismo derechos que los demás.
El menor, quien vive actualmente con sus abuelos, porque su padre trabaja en Cantón y su madre abandonó el hogar familiar poco después de su nacimiento, recibe una pensión mensual de 600 yuanes (97 dólares, 78 euros) del Gobierno local.
Tras darse a conocer el caso, la ONG AIDS Care China, que ayuda a seropositivos en el país asiático, anunció que, si los abuelos lo autorizan, se hará cargo del niño temporalmente.
"Aún tenemos la esperanza de que los residentes locales puedan aceptarle", dijo Qiu Lei, integrante de esta organización.
Según los últimos datos de la Comisión Nacional de Planificación Familiar y Salud de China, divulgados el pasado 1 de diciembre con motivo del Día Mundial contra el Sida, 497.000 personas son portadoras del VIH en China.
Si bien el acceso a los antirretrovirales es sencillo en la potencia asiática, aún se discrimina en muchos ámbitos, sobre todo en el laboral, a quienes lo padecen.