Lisboa - La chocante detención del ex primer ministro José Sócrates, la primera de un antiguo jefe de Gobierno en Portugal, no lo ha sido tanto si se tienen en cuenta los numerosos casos judiciales en los que salió su nombre en la última década. El dirigente socialista, de 57 años, se ha visto cuestionado, entre otros, por el caso inmobiliario Freeport, por la dudosa obtención de su título de ingeniero en una universidad privada y por su relación con condenados en el megacaso de corrupción Face Oculta.

El del centro comercial Freeport, iniciado por una denuncia anónima en 2004, fue el que le dio mayores dolores de cabeza a Sócrates. Las licencias de construcción de este centro a las afueras de Lisboa estuvieron bajo investigación de la Fiscalía portuguesa por irregularidades de concesión que salpicaban al ex jefe de Gobierno cuando era ministro de Medio Ambiente en el año 2002.

Se investigó, concretamente, el papel de Sócrates en la atribución de las licencias de construcción en un área próxima a un espacio protegido en el estuario del Tajo. Después de años de investigación, se acabó por dar carpetazo al asunto sin que el dirigente compareciese ante la Justicia.

El título de ingeniero civil que obtuvo en los años 90 en la Universidad Independiente (UnI) fue otro asunto peliagudo en sus años de Gobierno (2005-2011). La oposición y la prensa portuguesa especularon con que Sócrates había tenido un trato de favor en la obtención del diploma pues uno de sus profesores era militante socialista. Su nombre también circuló en el escándalo Face Oculta, que implicó a 36 acusados por una red de tráfico de influencias, fraude, corrupción y blanqueo de dinero, entre ellos a Armando Vara, amigo de Sócrates y exministro del Gobierno de António Guterres (1995-2002).

En la investigación del caso se interceptaron cinco conversaciones telefónicas y 26 mensajes de texto entre Vara y Sócrates. A Vara, ministro adjunto entre 1999 y 2000 y presidente del mayor banco privado, el Banco Comercial Portugués (BCP), le condenaron el pasado septiembre a cinco años de prisión efectiva por tres delitos de tráfico de influencias. Parte de la prensa local le asoció además al caso Monte Branco, una megainvestigación sobre fraude fiscal y blanqueo de capitales en la que está implicado Ricardo Salgado, antiguo líder del extinto Banco Espírito Santo (BES). - A.T.C.