Jerusalén - El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pidió ayer que “no haya discriminación contra los árabes-israelíes” el mismo día en que el Comisionado para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo alertó del alto número de peticiones de empresarios para rescindir contratos a palestinos.

“No puede haber discriminación contra los árabes-israelíes (palestinos que residen en Israel). No podemos generalizar debido a una pequeña y violenta minoría”, conminó Netanyahu en un comunicado difundido por su oficina.

El jefe del Ejecutivo afirmó que la gran parte de esta minoría que vive en el país y que representa el 20% de la población, “son respetuosos con las leyes”, pero avisó que se ejecutarán “acciones determinadas y vigorosas” contra el que desee mantenerse al margen.

Durante la misma jornada el Comisionado para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo publicó un comunicado en el que alertó sobre el creciente número de peticiones recibidas por contratantes que desean rescindir los contratos de sus trabajadores árabes y recordó que cualquier discriminación o despido basado en la raza, etnia o religión del empleado “está prohibido por ley”. El primer ministro israelí aprovechó el comunicado para retomar la polémica de la Ley de Nacionalidad, que el pasado domingo puso en la palestra de nuevo las distensiones internas que sufre su gabinete cuando su ministra de Justicia, Tzipi Livni, decidió posponer una votación sobre el tema en el Comité Ministerial de Legislación.

Livni basó su decisión en el requerimiento del ministro de Ciencia, Tecnología y Espacio, Yaakov Peri, quien tachó la iniciativa de “peligrosa” y advirtió que ante la actual “situación explosiva”, “una discusión sobre la ‘Ley de Nacionalidad’ en este momento es irresponsable”. “En el marco del borrador sobre esta propuesta que presentaré al gabinete el domingo, consagraremos la máxima igualdad ante la ley de todos los ciudadanos sin considerar su religión, raza o sexo, al mismo tiempo que aseguramos la identidad de Israel como un Estado nacional para el pueblo judío”, señaló Netanyahu.

“No hay ninguna contradicción entre ambas y no permitiré que estos principios básicos sean socavados”, adelantó.

Sus declaraciones se producen en el marco de la tensión que desde hace semanas vive la región, con especial foco en Jerusalén, donde nueve civiles -ocho de ellos israelíes y una ecuatoriana- han muerto en diversos ataques perpetrados por palestinos, elevando la fricción entre ambas comunidades. Netanyahu defiende el polémico proyecto, promovido por el diputado del conservador Likud, Zeev Elkin, que podría subordinar la naturaleza democrática del estado a su carácter judío pero que, en su opinión, “proveerá los mismos derechos y garantizaremos los mismos derechos a todos sus ciudadanos”, expuso en jornadas previas.

Vigilar a los peones árabes No obstante, la realidad contradice al primer ministro. El alcalde de la ciudad israelí de Ashkelon, Itamar Shimoni, se ha sumado a la polémica al anunciar la prohibición de peones árabes en guarderías de la ciudad donde se construyen refugios y desplegar a guardas junto a obras en las que intervienen árabes.

El regidor argumentó su decisión en la creciente tensión que vive la zona, lo que ha provocado duras críticas por parte de diputados de izquierda y árabes, que tacharon la medida de racista e ilegal.

Shimoni precisó que guardas armados también serán desplegados en las guarderías que se encuentren cerca de lugares de construcción en esa ciudad del sur del Israel.

De acuerdo al alcalde, la decisión ha sido adoptada en colaboración con la policía de Ashkelon, y un donante ha aceptado financiar el coste de la seguridad en las guarderías. - Efe