washington - La nueva mayoría republicana en el Congreso de EEUU augura un menor respaldo a la política exterior del Gobierno de Barack Obama, que podría ver complicados sus objetivos ante un acuerdo nuclear con Irán o en el combate a los yihadistas del Estado Islámico en Irak y Siria, según expertos.
El Senado de mayoría republicana que tomará posesión en enero será previsiblemente un aliado del Gobierno de Obama en asuntos comerciales, pero no tolerará cambios sustanciales en la política hacia Cuba y cuestionará cualquier acuerdo alcanzado con Irán. “Un Senado republicano tendrá una línea más dura, será más crítico y aún menos cooperativo. La Administración pasará más tiempo tratando de responder al antagonismo en el Congreso y menos haciendo algo constructivo”, dijo Christopher Deering, profesor de política en la Universidad George Washington.
El sistema presidencial de EEUU minimiza la influencia real en la política exterior del Congreso, cuyo papel queda reducido normalmente a presionar a la Casa Blanca, supervisar o criticar sus decisiones.
No obstante, Obama podría necesitar el visto bueno del Legislativo elegido en los comicios del martes en un eventual acuerdo nuclear con Irán y sobre la ofensiva militar contra el Estado Islámico.
El pacto con Irán, que debería completarse antes del próximo 24 de noviembre según el plazo establecido junto al resto de potencias, requerirá en principio la aprobación del Congreso para desmantelar el régimen de sanciones impuesto por EEUU contra Teherán. “Ése será el punto más contencioso en el nuevo Congreso”, declaró Gordon Adams, experto en política exterior en la American University de Washington. En 2013, el presidente logró convencer a los republicanos de descartar una ley que habría aumentado las sanciones a Irán para dar tiempo a las conversaciones sobre su programa nuclear, pero es probable que ese partido vuelva a intentar aumentar las sanciones en caso de que la negociación se prolongue más allá del día 24.
Otra posibilidad es que Obama, temeroso de que el Congreso rechace el acuerdo logrado junto a las potencias, decida “esquivar” un voto de los legisladores al respecto, lo que “aumentaría la presión para endurecer las sanciones” a Teherán, según Adams.
En principio, Obama podría vetar cualquier legislación en ese sentido, pero ese veto quedaría sin efecto si los republicanos consiguen un número suficiente de apoyos a su propuesta de sanciones, explicó el experto.
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, se mostró ayer optimista con respecto a un eventual respaldo en el Congreso del acuerdo con Irán, para lo que se requerirían 60 votos. “No creo que las cosas cambien (con el control republicano). Creo que los mismos asuntos básicos estarán ahí independientemente de quién controle el Senado”, declaró Kerry a los periodistas en París.
Por otra parte, Obama adelantó ayer que pedirá al Congreso que adapte a la campaña contra el EI la “Autorización para el uso de la fuerza militar” (AUMF, en inglés) de 2001, ley que permite a EEUU lanzar ataques aéreos contra redes terroristas en el extranjero.
Esa solicitud abre la puerta a un largo debate en el nuevo Congreso, con los republicanos, que han centrado parte de su campaña en la supuesta debilidad de la campaña de Obama contra el EI. - Efe