bruselas - La Eurocámara empieza a tomar forma. Las dos grandes familias políticas del hemiciclo, PPE y PSE, anunciaron ayer un pacto para repartirse de nuevo la presidencia del Parlamento Europeo que estará ocupada durante la primera mitad del mandato por el socialista Martin Schulz -excandidato a la Comisión Europea y último presidente de la institución- y por un popular, todavía por decidir, a partir del 1 de enero de 2017. Un acuerdo que augura una gran coalición a la alemana en la institución y que se produce la misma semana en que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE deben nombrar al candidato a sustituir a José Manuel Durao Barroso al frente el Ejecutivo comunitario.

Si los 28 deciden poner sobre la mesa el nombre del democristiano luxemburgués, Jean-Claude Juncker, populares y socialistas contarían en la Eurocámara, a tenor del pacto cerrado ayer, con la fortaleza suficiente para sacar adelante el nombramiento en una votación prevista para el 16 de julio en Estrasburgo. A la espera de esta otra decisión, que deben tomar los mandatarios el viernes en la cumbre, la Eurocámara avanza firmemente hacia una gran coalición cocinada por dos políticos alemanes. El líder del PPE en la Eurocámara, Manfred Weber, y el socialista Martin Schulz que ayer anunciaron “progresos significativos” hacia “una mayoría estable y sostenible” -entre ambos cuenta con 412 escaños- entorno a una agenda de trabajo conjunta en el Parlamento sobre la que continuarán trabajando la próxima semana en Estrasburgo, tras la elección del presidente y vicepresidentes del Parlamento europeo.

desde el 1 de julio La legislatura que echará a andar el 1 de julio contará más euroescépticos y antieuropeos aunque finalmente muchos de ellos sin la visibilidad y el poder de influencia que otorga contar con grupo político propio, algo crucial para ganar peso y presencia, tener más tiempo de palabra en los plenos, acceder a informes importantes, cargos en comisiones, subvenciones y hasta un buen despacho. De ahí los matrimonios de conveniencia que se forman cada inicio de legislatura. En esta ocasión no ha sido diferente, con la sorpresa de que la vencedora en Francia, la ultraderechista Marine Le Pen, no ha conseguido cumplir con los requisitos -25 escaños de 7 Estados miembros- al conseguir apoyos únicamente de cinco países. Ayer admitió en una entrevista en Le Figaro que se trata de “una decepción” pero advirtió que seguirán intentando buscar socios. Le ha fallado a ultima hora el holandés Geert Wilders que no ha admitido la entrada a cualquier precio del polaco Congreso de la Nueva Derecha, de carácter antisemita. “Estoy absolutamente segura de que el grupo existirá a corto plazo”, insistió Le Pen. Quien tiene claro su futuro es el euroescéptico británico Nigel Farage que seguirá liderando el grupo Europa de la Libertad y la Democracia gracias a su alianza con el movimiento 5 estrelas del italiano Beppe Grillo y a una eurodiputada disidente del Frente Nacional francés.

La nueva legislatura contará con los mismos 7 grupos políticos. PPE (221), PSE (191), Conservadores y reformistas (70), Liberales (67), Izquierda europea (52), Verdes (50) y euroescépticos (48). La novedad el auge del partido liderado por los tories británicos, gracias a la entrada de los nacionalistas flamencos de la N-VA, que habría conseguido desbancar de la tercera posición al grupo liberal europeo de Guy Verhoftstadt pese a la incorporación de UPyD y Ciutadans en sus filas.