bagdad - Bagdad está en máxima alerta. Los puestos de control han extremado su vigilancia y la gente se recoge en sus casas mucho antes de que entre en vigor el toque de queda a las diez de la noche. Los combates entre los insurgentes y el Ejército han llegado a Baquba, a apenas 60 kilómetros de la capital, aunque las fuerzas gubernamentales aseguraron haber recuperado el control.

No obstante, la muerte de 44 suníes que se encontraban detenidos en una comisaría de esa ciudad ha despertado el fantasma de la guerra sectaria. Durante la noche del lunes al martes, los milicianos del Estado Islámico en Irak y el Levante (ISIS) y otros grupos asociados lanzaron un ataque contra Baquba, la capital de Diyala, una provincia de población mixta (árabes suníes y chiíes, y kurdos) donde ya controlan varias localidades menores. Pero el martes, el responsable de la policía, el general Yamil Kamal al Shimmari, anunciaba que sus hombres habían logrado repeler el ataque.

OCUPACIÓN "Toda la ciudad está bajo control, y no se ven grupos de hombres armados en las calles", declaró el general Yamil a la televisión estatal. Más al Norte, sin embargo, los yihadistas lograron hacerse finalmente con la mayor parte de Tel Afar, a un centenar de kilómetros de la frontera con Siria, según un responsable del Consejo Provincial de Nínive. Además, dos grupos insurgentes sirios tomaron el control de un puesto fronterizo entre Irak y Siria en esa provincia.

Durante la última semana, los yihadistas han logrado hacerse con la mayor parte de la provincia de Nínive, incluida su capital, Mosul, que es la segunda ciudad de Irak; la ciudad de Tikrit, y comarcas de las provincias de Saladino, Diyala y Kirkuk. La ofensiva, que al parecer preparaban desde hace meses, se ha beneficiado de la complicidad de parte de la comunidad suní, absolutamente desencantada con el Gobierno; pero, sobre todo, en palabras de un diplomático europeo, de que "el enemigo no se ha presentado al combate".

El aumento de la violencia ha llevado a embajadas y empresas extranjeras a replantearse su presencia sobre el terreno. La mayor refinería de Irak, la de Baiji, cerró el martes debido a la evacuación de sus empleados extranjeros. Después de haber logrado repeler el avance de los milicianos del (ISIS), sólo quedaban los trabajadores locales y la fuerza policial que vigila la instalación. Por otra parte, Irak pidió ayer a Estados Unidos que lanzase ataques aéreos contra los insurgentes suníes, encabezados por la organización yihadista Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS), cuyo avance están intentando contener por tierra las fuerzas gubernamentales.

El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Hoshiyar Zebari, anunció que Bagdad pidió formalmente a Washington que llevase a cabo "ataques aéreos contra los grupos terroristas" basándose en el acuerdo de seguridad firmado entre ambos países. En la ciudad saudí de Yeda, donde se celebra una reunión de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), Zebari reconoció que la "solución militar por sí sola no es suficiente" y se necesitan "soluciones políticas radicales". El titular de Exteriores aseguró que las fuerzas iraquíes han podido recuperarse del golpe y repeler los ataques. - DNA

Amenaza a Reino Unido. El primer ministro británico, David Cameron, señaló ayer que los insurgentes suníes que están combatiendo en Irak planean llevar a cabo atentados en Reino Unido. Cameron alertó de que los británicos que combaten junto en Irak y Siria suponen la mayor amenaza para la seguridad de Reino Unido.

Respuesta de Arabia Saudí a las críticas de Irak. Emiratos convocó ayer a su embajador en Irak, Abdalá al Shahi, para expresarle su preocupación por las políticas excluyentes y sectarias contra el pueblo iraquí, que atribuyó al Ejecutivo de Nuri al Maliki, el cual le acusó de favorecer al terrorismo.

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, reconoció ayer que las diferencias políticas propiciaron "un ambiente adecuado" para el actual conflicto.