Kramatorsk - El pulso entre las autoridades de Kiev y los activistas prorrusos que se han sublevado contra el Gobierno central en el este de Ucrania se tornó ayer violento y algunas fuentes señalaron la existencia de las primeras víctimas. "Se acabaron los ultimátum. Los ultimátum son cosa de civiles. Esto es una operación militar. Unos 300 hombres armados actúan en el este de Ucrania. Los vamos a combatir porque son invasores extranjeros, bandidos y terroristas", dijo el general del servicio secreto ucraniano Vasili Krutov y jefe de la operación lanzada ayer por Kiev.

Krutov hizo estas declaraciones a un grupo de reporteros en un cruce de carreteras cerca de la localidad de Izium (región de Jarkov), donde se encontraban estacionados más de una veintena de blindados ucranianos. Seguidamente, varios helicópteros aterrizaron en las inmediaciones del aeródromo de Kramatorsk en la región oriental de Donetsk, baluarte de la sublevación prorrusa. El objetivo de la operación protagonizada por fuerzas especiales ucranianas era liberar el aeródromo, bajo control rebelde desde hace varios días.

Las milicias, que el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchinov, tachó de "terroristas", intentaron oponer resistencia, pero tuvieron que entregar el aeródromo y retirarse tras sufrir varias bajas. "Sí, hay muertos", aseguró a la agencia UNN un portavoz del Ministerio de Defensa, que añadió que en las filas del Ejército ucraniano no se habían producido bajas.

Medios rusos que citaban fuentes de las milicias prorrusas y de las fuerzas de autodefensa popular de la ciudad, informaron de entre 4 y 11 muertos entre los sublevados. "En el aeródromo hay cuatro muertos y dos heridos entre los activistas (prorrusos). Los combates han cesado. Las milicias se han retirado", dijo un portavoz de los sublevados a la agencia oficial rusa RIA-Novosti.

disparos de un avión de combate No obstante, a su llegada al aeródromo los periodistas no pudieron confirmar las muertes, aunque sí varios heridos que fueron trasladados al hospital en ambulancia. "Llevábamos cinco días aquí bloqueando el aeródromo. No teníamos ningún problema hasta que hoy fuimos a negociar. Entonces un avión de combate sobrevoló el campo y disparó una ráfaga de advertencia. Al sobrevolar el campo por segunda vez disparó contra los milicianos", aseguró Serguéi, uno de los líderes de los insurgentes locales.

Turchinov anunció ayer el comienzo de una operación 'antiterrorista' en la región de Donetsk para "defender a los ciudadanos de Ucrania, frenar el terror y los intentos de desmembrar el país".

"Estoy seguro de que pronto en Donetsk y en otras regiones ya no habrá terroristas, que acabarán sentados en el banquillo de los acusados, que es su lugar", aseguró. Pese al revés sufrido, los prorrusos no se arredraron y varios centenares de civiles desarmados, entre los que figuran mujeres y ancianos, han bloqueado con sacos y neumáticos los acceso al aeródromo, mientras los insurgentes siguen controlando Kramatorsk. "¡No pasarán!", aseguró un activista que tachó al Gobierno de Kiev de "junta golpista".

Mientras, las milicias prorrusas se han hecho fuertes en la ciudad de Slaviansk, situada a unos 120 kilómetros de la capital de la región de Donetsk, donde decomisaron unos mil fusiles, un centenar de bazocas antitanque y 400 pistolas a la policía local, según las autoridades. Los sublevados controlan las sedes locales del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y del Ministerio del Interior, y han levantado barricadas en las inmediaciones de esos edificios, en previsión de que la ciudad, donde todos los comercios están cerrados, sea el próximo objetivo de la operación militar de Kiev.

Tras la intervención del Ejército contra los activistas contrarios al gobierno de Kiev, el primer ministro ruso, Dmitr Medvedev, advirtió ayer de que Ucrania se encuentra "al borde de una guerra civil" debido al actual pulso que mantienen las autoridades de Kiev y las milicias opositoras en el este del país. "Ucrania se encuentra al borde de una guerra civil. Es terrible. Espero que de quien depende actualmente la toma de decisiones (de Kiev) tenga suficiente sentido común como para no permitir esa clase de cataclismos", afirmó Medvedev, citado por las agencias locales.

El primer ministro ruso, que recordó que Moscú no reconoce como legítimas a las actuales autoridades de Kiev al considerar que llegaron al poder tras un golpe de Estado, subrayó que la única vía de solución de la actual crisis es el diálogo. "Tener en cuenta los intereses de todos los grupos étnicos y reconocer que los rusos son ciudadanos iguales que los ucranianos y pueden utilizar su lengua en su vida cotidiana. Es un diálogo difícil, pero necesario. La gente tiene derecho a expresar su opinión", añadió.

Además, se mostró contrario al despliegue de fuerzas de paz de la ONU en el país vecino, como propuso ayer el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchinov, al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. "Por regla general, la llegada de fuerzas de paz no soluciona nada. Lamentablemente, únicamente conserva el problema".

Medvedev recordó que Ucrania ahorró en los últimos 20 años más de 100.000 millones de dólares gracias a los descuentos en gas procedente de Rusia, tras lo que llamó a Occidente a ayudar económicamente a Kiev, cuya economía se encuentra al borde de la bancarrota. "Eternas promesas: daremos mil millones, enviaremos cinco mil millones. Me refiero a nuestros socios europeos y al otro lado del océano. Que den aunque sea un dólar", añadió.