PARÍS. Royal, que ya había tenido una doble experiencia ministerial durante las presidencias de François Mitterrand (en el departamento del Medio Ambiente) y de Jacques Chirac (primero en Enseñanza y luego en Familia), se une al equipo liderado por el primer ministro, Manuel Valls.
Logra una cartera de peso que reúne competencias hasta ahora repartidas y una parte de las cuales habían sido ofrecidas por Valls a los ecologistas, que ayer las rechazaron por considerar que había una incompatibilidad política con el nuevo jefe del gabinete, entre otras cosas por su posición en asuntos como la lucha contra la inmigración.
Esta mujer de 60 años, nacida en Senegal, hija, nieta y hermana de militares, se hizo internacionalmente conocida sobre todo cuando fue la pretendiente por el Partido Socialista (tras ganar las primarias) a la jefatura del Estado en 2007, una batalla que perdió frente al conservador Nicolas Sarkozy.
Fue también entonces cuando se supo que había roto con Hollande, al que había conocido en 1978 en la Escuela Nacional de la Administración (ENA), el centro universitario donde se han formado en las últimas décadas buena parte de las elites políticas y económicas francesas.
Royal se había volcado desde entonces sobre todo a la presidencia de la región Poitou Charentes, cargo que ocupa desde 2004, en especial tras el fiasco de su candidatura a diputada en junio de 2012, derrotada por un socialista díscolo, Olivier Farloni, que se presentó en contra de la voluntad de su partido.
Entre la primera y la segunda vuelta de esas legislativas, la entonces pareja de Hollande, Valérie Trierweiler, se entrometió de lleno en la campaña al pronunciarse en favor de Farloni, y por tanto, en contra de la madre de los hijos del jefe del Estado.
La nueva titular de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía tendrá diversos retos, uno a muy corto plazo que será concretar en términos legislativos el compromiso del presidente sobre la llamada "transición energética".
Una cuestión que va de la mano de otro punto del programa de Hollande, la reducción del peso de la energía nuclear en la generación de electricidad, que ahora supera el 75 %, al 50 % en el horizonte de 2025.
Se puede suponer también que va a endurecer todavía más la posición francesa contra los transgénicos en la Unión Europea, teniendo en cuenta que como presidenta de Poitou Charentes ha sido particularmente vindicativa sobre esta cuestión.