ESTAMBUL - La política de mano dura del primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y su discurso islamista han dado frutos en un país polarizado: los resultados difundidos ayer, prácticamente definitivos, dan al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) una clara victoria en las municipales del domingo. Un 45,5% de los turcos dieron su respaldo al AKP, todo un voto de confianza para Erdogan, que llevaba meses invocando esta cita electoral, si bien se trataba sólo de comicios locales. - Efe