washington. El presidente de EEUU, Barack Obama, prometió ayer que 2014 será "decisivo" para apuntalar la economía y reducir la desigualdad al anunciar un paquete de decretos, fundamentalmente sobre empleo y educación, al tiempo que reiteró que cerrará Guantánamo y su rechazo a nuevas sanciones contra Irán. "Estados Unidos no se detiene. Y yo tampoco lo haré", afirmó Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión en el Capitolio, donde adelantó que "está ansioso" por trabajar con el Congreso, pero que también tomará medidas ejecutivas, sin él, siempre que pueda, "para ampliar las oportunidades para más familias estadounidenses".

El presidente resaltó que 2014 "puede ser un año decisivo" para el país, ya que "por primera vez en más de una década" es el lugar "número uno del mundo" para invertir, por delante de China. Incluso en un momento de recuperación económica, "demasiados estadounidenses están trabajando más que nunca solo para sobrevivir y salir adelante", lamentó Obama. "Los salarios promedio apenas se han movido, la desigualdad se ha profundizado y la movilidad ascendente se ha estancado".

Por ello, tal como había adelantado la Casa Blanca los últimos días, Obama anunció varios decretos, aunque de alcance bastante limitado, para que 2014 sea "un año de acción", y a la vez volvió a pedir el apoyo del Congreso para sacar adelante los principales retos de su agenda, entre ellos la reforma migratoria.

por decreto El presidente detalló que elevará por decreto, a 10,10 dólares la hora, el salario mínimo de algunos trabajadores federales, pero para aumentar el de todos los trabajadores, actualmente en 7,25 dólares, necesita que el Congreso actúe al respecto. Entre el resto de medidas que presentó y no necesitan el visto bueno del Congreso destacan un acuerdo con grandes compañías de EEUU para que promuevan la contratación de personas que llevan mucho tiempo fuera del mercado laboral y un plan para conectar "con la mejor tecnología" a 20 millones de estudiantes de 15.000 escuelas.

También la puesta en marcha de un programa para ayudar a los estadounidenses a ahorrar para la jubilación, la creación de cuatro nuevos institutos de innovación manufacturera durante este año e incentivos para que camiones de capacidad mediana y pesada funcionen con gas natural u otros combustibles alternativos. Obama insistió al Congreso en la urgencia de renovar los subsidios a los desempleados de larga duración, que expiraron en diciembre. Asimismo, urgió al Congreso a aprobar este año la reforma migratoria, una promesa pendiente desde que llegó a la Casa Blanca, en 2009. "Los republicanos y demócratas del Senado han actuado. Sé que los miembros de ambos partidos en la Cámara de Representantes quieren hacer lo mismo (...) Procedamos a aprobar la reforma este año".

Sobre otra promesa pendientes, la de cerrar Guantánamo, dijo que 2014 debe ser el año de su clausura, y pidió al Congreso que actúe para facilitar el traslado de los detenidos que aún quedan en la prisión, abierta en 2002. La mención al tema migratorio y la defensa que hizo de su reforma sanitaria, cuya aplicación ha sufrido numerosos problemas y críticas, estuvo entre lo más aplaudido de su intervención. Obama fue ovacionado, además, cuando dijo que es una "vergüenza" que en el año 2014 las mujeres sigan ganando 77 centavos por cada dólar que recibe un hombre, e insistió en que merecen cobrar "lo mismo" por realizar el mismo trabajo.

La política exterior dominó la segunda parte del discurso. Obama repitió que vetará cualquier proyecto de ley que incluya nuevas sanciones a Irán durante el plazo de negociaciones entre el Grupo 5+1 y Teherán, y urgió a "darle una oportunidad de éxito a la diplomacia".