Berlín. La canciller alemana, Angela Merkel, selló ayer el pacto de gobierno con los socialdemócratas, en la víspera de su investidura en el Bundestag (Cámara Baja) para su tercer mandato y en una semana marcada por la cumbre de la Unión Europea (UE). Después de casi tres meses de gobierno en funciones, Merkel suscribió el documento en su calidad de líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), junto a sus homólogos de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Horst Seehofer, y del Partido Socialdemócrata (SPD), Sigmar Gabriel. "Ha sido una negociación larga, pero nos ha sentado bien", dijo Merkel antes de estampar su firma en un pacto que incluye concesiones al SPD, como la implantación del salario mínimo interprofesional y la posibilidad de la doble nacionalidad para los hijos de inmigrantes nacidos en Alemania a partir de 1990.
Fue una escena parecida a la de finales de noviembre, cuando los tres líderes estamparon su firma en el documento de 185 páginas, sólo que ahora el pacto contaba, por fin, con la ratificación de las tres formaciones. La ceremonia tuvo lugar un día después de confirmarse los nombres del equipo de gobierno -cinco carteras para la CDU, además de la cancillería, seis para el SPD y tres para la CSU-.
Merkel había recibido ayer mismo lunes el encargo formal del presidente, Joachim Gauck, de formar gobierno. Hoy la canciller se someterá al voto de la cámara para el que será su tercer mandato, en una sesión solemne que se abrirá a las 08.00 GMT y que se prevé dure aproximadamente una hora.
La investidura se perfila como un trámite, dada la abultada mayoría de la gran coalición, que dominará 504 escaños del total de 631, mientras que las opositoras La Izquierda y los Verdes tendrán 64 y 63, respectivamente.
El nuevo gabinete presenta pocas nuevas incorporaciones en los puestos principales, ya que incluso dos ministros del SPD pertenecieron ya a la primera gran coalición -Gabriel, ahora ministro de Economía y Energía, fue titular de Medio Ambiente, y Frank-Walter Steinmeier repite al frente de Asuntos Exteriores-.
Mano de hierro en bruselas La figura dominante, a efectos europeos, seguirá siendo Wolfgang Schäuble, que continúa como titular de Finanzas y que representa la línea de la férrea defensa de la estabilidad presupuestaria. Al dúo Merkel y Schäuble se le identifica con la austeridad y no se cuenta con que se aparte de esa dinámica en el nuevo mandato.
La canciller está dispuesta a demostrar que no tiene tiempo que perder y mañana miércoles viajará acompañada de Steinmeier a París, de acuerdo con su costumbre de mostrar la cohesión del eje franco-alemán antes de cualquier cumbre de la UE.
A esa primera visita oficial de su tercera legislatura seguirá, el jueves y el viernes, la cumbre de la UE, centrada en la unión bancaria y la articulación del mecanismo europeo de resolución bancaria.
Estos dos asuntos habían quedado algo aparcados a la espera de la formación del nuevo gobierno de Merkel, por mucho que un Schäuble formalmente en funciones siguiera dominando el día a día de las negociaciones.
El Consejo Europeo será el reencuentro formal de la canciller con los grandes temas comunitarios que Berlín dejó algo relegados durante la campaña para las generales y a lo largo de las negociaciones, hasta lograr atar el pacto de gobierno. Atrás quedará una fase de gobierno a medio gas, que empezó con la victoria de Merkel en las generales del 22 de septiembre. Fue una victoria clara, con un 41,5%, pero que le obligó a buscar un nuevo socio, ya que sus aliados dichos naturales, los liberales, quedaron fuera del Bundestag. Tras una ronda de tanteo con el SPD y los Verdes en paralelo, Angela Merkel optó por recuperar el formato de gran coalición con el que gobernó en su primer mandato (2005/2009).
Angela Merkel selló el pacto con los socialdemócratas con un brindis. Foto: efe