BERLÍN. El Kremlin no tiene inconveniente en que el exanalista de la CIA Edward Snowden, que recibe asilo político en Rusia, se reúna allí con representantes alemanes. "Edward Snowden es libre de reunirse con quien quiera, pero no se le permitirá dañar los intereses de Estados Unidos", aseguró ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Snowden "se encuentra en territorio de Rusia tras recibir asilo temporal por la vía legal, por lo que es libre de reunirse con quien quiera. Nosotros no podemos impedirlo", señala Peskov, según informó ayer un rotativo ruso. Al mismo tiempo, asegura que "nadie le permitirá saltarse la condición impuesta por el presidente ruso, Vladímir Putin de no perjudicar a Estados Unidos". Peskov se refería a que después de que Snowden llegara el pasado 23 de junio a Moscú procedente de Hong Kong, Putin le puso como condición para concederle asilo temporal que cesara sus actividades contra los intereses norteamericanos.
Por otra parte, el portavoz del Kremlin negó que las recientes revelaciones aparecidas en la prensa sobre las escuchas de Estados Unidos a los líderes de países aliados, como Alemania, hubieran provenido de Moscú. "Esas informaciones no se difundieron desde Moscú", subrayó Peskov. Al respecto, el asesor legal del exanalista de la CIA, Anatoli Kucherena, aseguró el viernes que su cliente "ya lo entregó todo cuando se encontraba en Hong Kong". El abogado aseguró la víspera que Snowden está dispuesto a cooperar con todos, después de que se informara de que su cliente está dispuesto a comparecer ante la Justicia alemana. Snowden "está dispuesto a cooperar con todos (...) aquí no hay ninguna prohibición. Él mismo decide con quien se relaciona y cuando. Con seguridad, no saldrá perjudicado", dijo Kucherena a la agencia Interfax.
Al mismo tiempo, advirtió que Snowden perdería el estatus de asilado temporal que recibió el pasado 1 de agosto si abandona el territorio ruso, sea con destino a Alemania u a otro país. "Si algún país tiene alguna pregunta que hacerle a Snowden se la puede enviar y él decidirá", señaló. Tras reunirse el jueves en secreto con Snowden, el parlamentario alemán de los Verdes Hans-Christian Ströbele entregó ayer a la prensa una carta en la que Snowden se ofrece a colaborar con la canciller alemana, Angela Merkel, a la Fiscalía y el Parlamento para esclarecer todos los detalles de las escuchas norteamericanas.
La difusión la semana pasada de que Estados Unidos había "pinchado" durante años un teléfono móvil de la canciller alemana, Angela Merkel, ha desembocado en la puesta en marcha de una comisión parlamentaria en Alemania sobre este asunto. Mientras, el portavoz la Casa Blanca insistió ayer en que Snowden debe regresar al país para afrontar cargos en su contra "muy serios" por espionaje, ya que "la revelación no autorizada de información clasificada" llevada a cabo por el asilado en Rusia "ha dañado" la seguridad nacional.
Snowden, que vive en paradero desconocido por motivos de seguridad desde que recibiera asilo temporal en Rusia el pasado 1 de agosto, es reclamado por Washington tras revelar una trama masiva de espionaje de los servicios secretos norteamericanos.
La NSA reconoce el 'pinchazo' Por otra parte, Keith Alexander, director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos, reconoció implícitamente en un encuentro con representantes alemanes que sus agentes espiaron un teléfono móvil de la canciller Angela Merkel, aseguró ayer la revista Der Spiegel.
Según relata el semanario adelantando su artículo principal de la edición de hoy, Alexander se reunió la pasada semana con la senadora demócrata estadounidense Dianne Feinstein y cuando ésta le preguntó directamente si la NSA espiaba a Merkel él respondió: "Ya no más". En este encuentro, apunta Der Spiegel, se encontraba también el eurodiputado alemán Elmar Brok, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, entre otros.
La NSA, en la que trabajaba Edward Snowden -el informático que destapó los programas de escuchas masivos de Estados Unidos y sus seguimientos a líderes mundiales- declinó posicionarse oficialmente con respecto a estas declaraciones cuando la revista alemana le interrogó al respecto.
La Cancillería alemana comunicó hace dos semanas que sospechaba que los servicios secretos estadounidenses habían 'pinchado' uno de los teléfonos móviles de Merkel. Posteriormente varios medios locales apuntaron que las labores de espionaje contra la canciller llevaban en funcionamiento alrededor de una década y que se orquestaban desde la embajada de Estados Unidos en Berlín, situada en el distrito gubernamental.
Angela Merkel llamó por teléfono al presidente de EE.UU., Barack Obama, para expresarle directamente su indignación por este hecho aunque éste negó que supiera que había sido espiada.